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Argentina
1 de mayo de 2019
POLITICA

La gestualidad de las fotos que no logra disipar toda la turbulencia que hay en Cambiemos

Por segundo día consecutivo Mauricio Macri se mostró con María Eugenia Vidal. Fue en Lanús, donde también estuvo Horacio Rodríguez Larreta. La necesidad de mostrarse unidos pese a que se mantiene un mar de fondo interno inquietante sobre el futuro de la alianza gobernante

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Mauricio Macri, María Eugenia Vidal, Horacio Rodríguez Larreta y el intendente Néstor Grindetti, se mostraron juntos en este Día del Trabajador durante una recorrida por el Centro de Monitoreo de Lanús. No hubo declaraciones en el lugar, aunque después Presidencia difundió algunas frases del primer mandatario.

De acuerdo a la gacetilla oficial, Macri dijo que el trabajo “nos hace sentir protagonistas y da la oportunidad de demostrar que somos capaces de hacer nuestro aporte para construir un futuro mejor para todos”. También insistió en que, el tomado por el Gobierno, es "el camino a seguir en una Argentina en la que dialogamos, construimos puentes y creemos en las relaciones de confianza de largo plazo, apostando a nosotros mismos, a nuestro trabajo y a las ganas que tenemos de progresar y de crecer como sociedad”. 

Es el segundo día consecutivo en el que el Presidente y la Gobernadora aparecen juntos, luego del acto de puesta en valor de la planta de ABSA en Ensenada celebrado ayer. Ahora a la foto se agregó Rodríguez Larreta, quien junto a Vidal mantienen viva y con posibilidades las reelecciones en los distritos que gobiernan, y gozan de una mejor imagen pública que el Presidente.

Como anticipó La Tecla, los actos, recorridas y visitas del Presidente con la mandataria bonaerense se multiplicarán a lo largo de la campaña. También lo hará con Larreta, incluso más allá del territorio capitalino, como ocurrió hoy. Macri necesita fortalecer su alicaída imagen y en Presidencia no dudan en pegarlo lo más posible a los dirigentes que le podrían brindar cierto blindaje, aunque a esta altura del campeonato parece bastante difícil.

La gestualidad de las fotos que no logra disipar toda la turbulencia que hay en Cambiemos

Sin dudas, el Presidente necesita mucho más de Vidal y Larreta que ellos de Macri. Para el Jefe de Estado ellos le suman, para los gobernadores él les resta. Una ecuación desequilibrada que privilegia los intereses de la Casa Rosada y genera inquietud y preocupación en las bases de Cambiemos, que preferirían otra estrategia, sobre todo para sostener la reelección de Vidal. 

Paradójicamente, de cara a las elecciones y al efecto contraproducente que por estos días marcan las encuestas de ir atados a Macri en la boleta, Vidal y Larreta se enfrentan a un problema diametralmente opuesto. 

En la Provincia no hay segunda vuelta, y el futuro de Vidal al frente de la Gobernación depende de que Macri repunte y que aun así haya un importante corte de boleta a su favor capaz de darle el triunfo aunque sea por un voto. Si tuviera la chance de dirimir su continuidad en un mano a mano posterior, la Gobernadora mejoraría sensiblemente sus posibilidades.

En cambio, para Horacio Rodríguez Larreta, el balotaje que exige la Ciudad en caso de que no haya un triunfo rotundo en la primera vuelta puede ser una piedra en el zapato. La experiencia de dirimir mano a mano la jefatura de Gobierno le dio un susto en 2015 que no le gustaría repetir ahora. Por el momento navega en el mar de la tranquilidad brindado por una oposición atomizada sin un candidato que pueda significarle una real amenaza; pero nada le garantiza que esa figura no aparezca y que en el balotaje concentre la atención y el apoyo de toda la oposición al PRO.

Las fotos en conjunto buscan, además, un segundo efecto: tratar de demostrar que puertas adentro las cosas están ordenadas, sin diferencias y que están disipadas todas las dudas sobre las candidaturas. En ese sentido, a las dos imágenes del Presidente con Vidal de las últimas 24 horas debe agregarse la cena del lunes, compartida por las espadas políticas nacionales, provinciales y porteñas. Sin embargo, todas esas señales son aún insuficientes para ocultar el verdadero mar de fondo que atraviesa la alianza gobernante.

La insistencia de las bases y de círculos de poder sobre acudir la necesidad de acudir a un plan Plan B (que algunos llaman Plan V y otros agregan plan H) es más fuerte que las constantes desmentidas y expresiones con carácter de renunciamiento y apoyo de los propios protagonistas. Tampoco alcanzan las fotos para ocultar las guerras intestinas desatadas a partir de la intención de desdoblamiento que esbozó la Provincia a principios de año, y para hacer cambiar de opinión a las mentes influyentes de la Rosada de que hay una mano vidalista en la instalación de ese bendito Plan V.

La gestualidad de las fotos que no logra disipar toda la turbulencia que hay en Cambiemos

En la cena del lunes confluyeron Marcos Peña, Rogelio Frigerio, Fernando De Andréis, Sebastián García de Luca, Horacio Rodríguez Larreta, Diego Santilli, María Eugenia Vidal, Federico Salvai y Joaquín De la Torre, entre otros. El mensaje fue uno solo: “Estamos todos juntos”. 

Pero varios de los que estuvieron allí venían de reunirse en días previos, altamente preocupados por el panorama electoral, y con la intención de “salvar Cambiemos”. Peña, por supuesto, no fue parte de esas tenidas. Sí, en cambio, participaron otros que siguen en la alianza pero con reservas y hasta se dice que es parte de esos diálogos un dirigente que por estas horas aseguró  no pertenecer a Cambiemos mientras reclamó armar un espacio nuevo que incluya peronistas.

Por ahora, las fotos muestran los cuerpos y una intención, pero ocultan el alma.
 

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