La Tecla
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Durante tres años, Carolina Aló y Fabián Tablado mantenían un noviazgo turbulento que quedó plasmado en nuestra historia policial. Sucedió que en mayo de 1996, él la asesinó de 113 puñaladas tras una discusión en su casa. De esta manera, la Sala III Penal de San Isidro lo condenó por homicidio simple porque la figura de femicidio no estaba incluida en el código penal.
Años después, precisamente en el 2012, Fabián Tablado conoció a una chica en la cárcel, se casaron y tuvieron mellizas. Sin embargo, la paz no llegó, él la amenazó y le anexaron tres años más de condena.
En el presente, el convicto se benefició por un tecnicismo legal y recuperó su libertad y anhela instalarse en el Tigre junto a su padre llamado Miguel. Este mediodía abandonó el Penal y fue retirado por sus familiares en una Eco Sport.
Al ser abordado por los movileros afirmó “estoy arrepentido. No sé porqué lo hice. Todos los días pido perdón por lo que hice. Nunca voy a sentir que pagué por lo que hice. Me siento mal, recupero la libertad y voy a tratar de hacer lo posible por ver a mis hijas que tienen once años. Las amo más que a nada en la vida”.
Las pericias psiquiátricas que le realizaron tuvieron contradicciones porque el primer profesional indicó que tiene un perfil común y corriente mientras que el segundo pidió de forma expresa que no se vincule de ninguna forma con sus hijas mellizas.
Ahora, el papá de Carolina Aló, Edgardo, se presentó ante los tribunales para solicitar una perimetral contra su exyerno y así proteger a la familia contra posibles reprimendas. Al respecto, dijo “estoy en la oficina del juez de ejecución penal, es el que tiene la causa, estoy esperando encontrarme con él, en este momento no se encuentra. Voy a esperarlo para que me diga cuáles son los argumentos para aminorar la pena, no cumplió con la ley de avisarnos de la decisión, me enteré por terceros”.