Marina Sánchez Herrero: "La reforma no soluciona las necesidades del sistema"
La marplatense integrante del Consejo de la Magistratura cuestiona los cambios impulsados por el Presidente. Con foco en su gestión ahonda sobre las problemáticas de la Justicia
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Desde octubre de 2018, la marplatense Marina Sánchez Herrero es una de los trece integrantes del Consejo de la Magistratura de la Nación, en representación de los abogados del interior. En pareja con Maximiliano Abad, el jefe del bloque de diputados de Juntos por el Cambio en la Legislatura bonaerense, la letrada hace un repaso de sus casi dos años de gestión en el organismo. Además opina sobre las modificaciones que se necesitan en la Justicia tras la propuesta del Ejecutivo nacional de hacer una reforma judicial. La posible ampliación de la Corte Suprema, la necesidad de que haya perspectiva de género y cómo acercar la ciudadanía a los tribunales, los otros ejes de la charla con La Tecla Mar del Plata.
-Independientemente del proyecto de reforma judicial, el debate sobre el funcionamiento judicial es permanente. ¿Por qué ocurre esto? -Porque el ciudadano tiene quebrado el vínculo de confianza con la Justicia, no siente que le responda. No sólo en los casos públicos de corrupción, sino en el cotidiano. Es una Justicia que tarda mucho en resolver los casos. La justicia tardía no es justicia, aunque me den la razón. Entre quien planteó el tema y el tiempo de resolución, por ahí, para mí, ya no tiene sentido esa respuesta. La mayor crítica del ciudadano es respecto a eso.
-Uno de los grandes problemas es el acceso a la Justicia. -Es un tema central. Y en la Justicia Federal se ve puntualmente. Nosotros tenemos un diseño del mapa judicial de Argentina donde los juzgados, las cámaras y los TOF (Tribunal Oral Federal) no están en todas las provincias. Hay lugares en que para poder acceder a una segunda instancia tienen que recorrer 500 kilómetros. Por lo tanto, el acceso no es igualitario para todos los ciudadanos. Esto no quiere decir que no todos podamos acceder, sino que no tenemos las mismas condiciones de acceso. En materia federal, esto se ve muy claro por cómo está diseñado el diagrama de los juzgados y las cámaras. Vos tenés un país donde hay que llevar un papel para que te pongan un sello. Distinto sería si el sistema estuviera digitalizado.
-¿Cómo se paró la Justicia ante la necesidad de la digitalización en el marco de la pandemia? -La feria está íntimamente ligada a ese tema. La pandemia desnudó las desventajas y puso en valor las ventajas. Se ha avanzado, pero no se ha resuelto el tema de la tecnología. Sigue la necesidad detraslado de papeles para ponerle un sello de goma. El coronavirus demostró que la Justicia no podía funcionar en términos normales. La digitalización hubiera resuelto gran parte del problema.
-¿El problema de las dilaciones de la Justicia es solamente de estructura y recursos? -Se trabajó mucho los últimos años en cuanto al cambio de paradigma en los procesos. La oralidad fue un modo de concebir la agilidad. La dilación tiene que ver con un cúmulo de circunstancias; ninguna es predominante, pero todas son determinantes: la falta de personal, infraestructura, la digitalización y el mayor nivel de conflictividad social. A eso tenés que sumarle las vacantes en los juzgados, lo que hace que no funcionen con la normalidad que se requiere. A nivel federal hay jueces que subrogan juzgados de otras provincias, y van una vez cada 15 días; entonces, no sólo no funciona bien un juzgado, sino dos o tres.
-¿Por qué se demora tanto en la designación de un juez? -Es un trámite complejo. Este año estamos introduciendo muchas modificaciones para darle más agilidad. Poner plazos para los jurados y la resolución de impugnaciones ayudaría para lograrlo.
-¿Considera que la reforma judicial impulsada por el Ejecutivo nacional apunta a mejorar la Justicia o hay algo más de fondo? -No creo que en los términos que está planteada pueda ser una solución y un mejoramiento de la Justicia. La inmensa estructura que se va a generar no se condice con la realidad actual del Poder Judicial, donde tenés juzgados sin ascensores, sin wifi, cuando no tenemos digitalización. Tenemos una emergencia en infraestructura y en tecnología. El Consejo llega hasta agosto ayudado a pagar sueldos. Primero hay que invertir en tecnología y repensar el mapa. Cuando funcione la tecnología se verá lo que tiene que hacerse. La reforma no soluciona las necesidades del sistema.
-¿Cómo evalúa que el debate inicial se haya delegado en una comisión de expertos? -Es una comisión que no tiene actores de la Justicia Federal. Los integrantes son de tribunales provinciales. No está la abogacía organizada, la colegiación, como un actor determinante, con una mirada integral del sistema. Nosotros sabemos lo que le pasa al ciudadano y cómo funciona el sistema. Es una comisión de pensamiento único respecto a cuestiones que ya están determinadas.
“Es inconcebible que no tenga perspectiva de género”
“Hoy, una Justicia sin perspectiva de género no puede concebirse, porque hace a la posición de la mujer dentro de la sociedad, pero, básicamente, a los derechos humanos de la mujer”, afirmó Sánchez Herrero. “Tener hoy un juez sin perspectiva de género, no debiera ser admitido. Es algo que debería ser superado”, propuso. En los casi dos años en el Consejo de la Magistratura, la abogada propuso, justamente, una iniciativa para que sea obligatorio que cada aspirante a acceder al Poder Judicial tenga capacitación universitaria en la materia.
Consejo de la Magistratura “Volver al equilibrio sería lo ideal”
-¿Qué balance hace de estos dos años en el Consejo? -Te permite resolver muchas cuestiones de manera inmediata y directa de pequeñas cosas que pasan en lo que tiene que ver con el sistema. Es un espacio muy útil para que cada uno pueda volcar la concepción de Justicia que tiene. Estoy a favor de su existencia porque profundiza la república al tener distintas miradas de todos los actores del sistema. -Se suele señalar la reforma de 2006, que redujo sus miembros y le dio mayor peso al poder político. -Con la reforma que se hizo en el kirchnerismo se ha perdido el equilibrio que tenía cuando fue creado. Lo que se buscó en el ‘94 fue que ningún estamento tuviera de por sí la voluntad del cuerpo. Ese equilibrio vino a profundizar la república en lo tiene que ver con la designación de jueces y la sanción de los jueces. Todo se perdió en la reforma del 2006. -¿Hay chance de impulsar este debate? -No hay ningún espacio de la abogacía organizada donde no se plantee esta cuestión. Siempre sobre la base de la importancia de su existencia. El Consejo en sí, no se pone en duda, pero volver al equilibrio sería lo ideal. -¿El Gobierno va por una modificación? -El Presidente dijo de manera expresa que crea el Consejo Consultivo para que lo asesore en la modificación del Consejo de la Magistratura de la Nación. ¿Cuál es? No sé.
La posibilidad de implementar el voto popular
-Se ha barajado la idea de que los jueces sean elegidos por el voto popular para contrarrestar el hecho de que hay magistrados que ocupan juzgados durante décadas. ¿Qué opina al respecto? -Creo que el mecanismo actual está bien: una mirada de todos los actores de la Justicia, y luego, el Presidente y el Senado. De todos los sistemas es uno de los que más me gustan. Y uno de los mecanismos que menos me gustan es que los jueces sean sometidos a elección popular.
El debate sobre el máximo tribunal “No corresponde la descalificación a la Corte que hizo el Presidente”
-¿Cuál es su opinión sobre el posible aumento de miembros de la Corte Suprema? -Creo que una decisión de esa magnitud se debería tomar en base a un diagnóstico muy claro de por qué sería necesaria la ampliación de miembros. El Presidente se expresó en el sentido de que la Corte estaba paralizada y funcionando mal, algo que fue desmentido por la propia Corte, explicitando que en el último año habían dictado un número de sentencias superior al del año anterior. En tal sentido creo que lo que falta es una argumentación jurídica de por qué se discute el número de miembros de la Corte, por qué hay que pasar de 5 a 7, o a 9. Discutir la cantidad de ministros es un debate vacío si no se argumenta desde lo técnico. Lo que sí creo que no corresponde es la descalificación a la Corte en los términos que lo hizo el Presidente, porque lesiona la credibilidad de la cabeza de uno de los poderes del Estado. -La reforma judicial habla de la posibilidad de dividir en salas, de un tribunal intermedio que focalice a la Corte Suprema en cuestiones de constitucionalidad. -El Gobierno nacional plantea la creación de casaciones, de división en salas, un tribunal intermedio; son varias posibilidades. Se tienen que llevar adelante los planteos, especificar hacia dónde quiere ir, siempre tratando de cuidar las instituciones. Hay que preservar la república ante todo.
Los juicios por jurados
-Se empieza a hablar de la posibilidad de instaurar los juicios por jurados. ¿Qué mirada tiene sobre la implementación de esta herramienta en la Provincia? -Hay un montón de miradas. Algunas se sustentan en la Constitución, otras en la mirada del ciudadano sobre los hechos; todas son válidas. Yo tengo una mirada más técnica, y entiendo que para hablar de cuestiones de leyes debemos hacerlo los que nos preparamos para ello. De todos modos sé que hay distintos tipos de jurado y de llegar a un veredicto.
Intimidad La crianza de los hijos, el vínculo con Abad y el tiempo libre
-¿Cómo hace para criar a dos chicos pequeños (Tomás y Mateo) con su responsabilidad en el Consejo y con su pareja, Maximiliano Abad, a la distancia? -Es todo muy armónico. No ha sido un conflicto en nuestro grupo familiar. Estamos muy pendientes de cómo repercuten en nuestros dos hijos las tareas y obligaciones que tenemos, porque nos insume mucho tiempo el trabajo. Estamos de manera permanente con eso. Se vive de manera agitada, no son los tiempos y los ritmos normales de una familia tipo en una misma ciudad. No ha sido un conflicto, pero sí nos ha llevado a un mayor detenimiento sobre lo que le pasa al otro. Mi marido, desde los 13-14 años se ha desempeñado en su tarea. Yo, desde que me recibí estoy en la colegiación. No soy una persona ajena a la realidad de todas las mujeres, y en algún momento prioricé la crianza de mis hijos. Pero nos fuimos acompañando con Maxi, ayudando al crecimiento del otro. -¿Cuál es su cable a tierra? -Mi familia. -¿Un libro? -Uno de los últimos que leí fue Feminismo para principiantes. Un libro muy bueno sobre género, con toda la evolución del feminismo desde la Revolución Francesa hasta la actualidad, con una visión muy amplia. También estoy haciendo un curso de género, por el desafío que tengo de cambiar el paradigma del género dentro de la Justicia. Por otro lado leo mucho sobre derecho, en particular, el administrativo. Yo soy administrativista y es una rama que se actualiza permanentemente, con un campo riquísimo de referentes.