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Argentina
3 de abril de 2021
POLITICOS EN PIJAMA

Hoy la intendenta de Presidente Perón: “No soy una abuela que cría, soy una abuela que mima”

Blanca Cantero es una mujer reservada, con una profunda vocación y que no le teme al mundo que históricamente siempre se liga más al trabajo “de hombres”. Madre y abuela, espera con alegría los encuentros con su familia.

Hoy la intendenta de Presidente Perón: “No soy una abuela que cría, soy una abuela que mima”
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La jefa comunal de Presidente Perón, Blanca Cantero, mantiene un perfil bajo y elige no exponer a su familia. Sin embargo, se abre y cuenta que su mayor alegría es pasar los domingos con su familia. Trabajo, experiencias y su vida del día a día.

-Militaste desde los 17 años en 17 de Octubre, contame un poco sobre esa experiencia, cómo empezó el interés por la política

Empezó como cualquier otra ciudadana que es inquieta y que quiere aportar desde algún lugar, algún trabajo, algún sacrificio. Todos soñamos con un país mejor, los sueños hay que llevarlos a la realidad, una realidad que no es fácil, es difícil, porque uno empieza militando desde muy joven y en alguna agrupación.

También empecé en una agrupación siendo muy jovencita a militar, después, como nos pasa muchas veces a las mujeres, a medida que fueron naciendo mis hijos lo fui relegando para poder criarlos, hoy tengo tres hijos.

Cuando fui más grande y los chicos también, aparte de tener actividades en forma privada, porque siempre las tuve, cada vez fui ocupando más mi corazoncito y mi tiempo en este tema, hasta que llegó el momento en el 2001, 2002, 2003, que fui electa concejal durante 16 años, presidenta del Concejo deliberante. Después fui designada en la provincia de Buenos Aires y después de intentarlo dos o tres veces, como nos pasa a todos, fui electa intendenta.
 



- ¿En qué te desempeñaste previamente?

Siempre me aboqué a la actividad comercial. Siempre tuve negocios particulares, distintos tipos de negocios, y el último fue una fábrica de depósitos mayoristas. Antes fui siempre muy inquieta y me gustó mucho siempre lo inmobiliario, a medida que pude me dediqué a eso, la construcción. De decir "compro un lote, cotizo el local, alquilo". 

- ¿Crees que ahora que sos intendenta, que estás más consolidada, esas experiencias te ayudaron?

Sí, es una experiencia de vida en la que probás tu capacidad, "a ver si soy capaz de hacer crecer esto, a ver si soy capaz de llevar este negocio adelante". Ser empresaria de una pyme y tener siempre inquietudes que te hagan crecer en lo personal te ayuda también para ser intendente. Si yo no tuviera ciertas inquietudes, esos desafíos que tuve en mi vida, seguramente que la intendencia me resultaría un lugar más difícil, pero yo encuentro que la intendencia no es ni más ni menos que el lugar que yo emprendí siempre, en el sentido de que le tengo que poner todas las ganas, toda la energía, todo el sentido común y no me tengo que quedar quieta, porque va a ser la única forma que mi municipio crezca. En eso estoy, con el mismo ímpetu que lo hacía en la vida privada, trato de tenerlo en la vida pública.

- Esa es la actitud

Sí, y tenés que tenerla. Uno va transitando diferentes etapas y distintos conocimientos. El tener una pyme y estar permanentemente en desafío, como estar desesperada por cubrir la cuenta de un banco, tener empleados que te demandan una enorme responsabilidad y a fin de mes llega el momento en el que tenés que pagar sueldos, desafíos permanentes que te propones, son también los desafíos que a veces propongo. No terminé una etapa, porque sigo teniendo en la vida privada lo mismo, pero hoy mi meta es hacer lo mejor posible en la ciudad en la que me crié toda la vida, y elegir seguir viviendo en el mismo partido, quiero verlo crecer.


- ¿Qué amigos de la militancia tenés de esos primeros años?


Casi todos, son los que me acompañaron a lo largo de toda la vida. 
En principio, Presidente Perón formaba parte del partido de San Vicente. Después nosotros nos dividimos, San Vicente quedó con tres localidades y nosotros pasamos a ser una sola localidad que es muy extensa. 

Entre mis amigos, están el primer intendente de Presidente Perón, que fue muy destacado. También hay una mujer, Mabel Müller, diputada nacional y provincial mandatos cumplidos que vienen de aquella época. A lo mejor hoy no están en política pero fueron militantes de toda la vida en el distrito; y mi esposo, que también fue militante, hicimos los dos la carrera política, hoy es actual secretario del gremio estaciones de servicio y Secretario General de la CGT (Carlos Acuña). 

También hay gente de San Vicente, de antes y de ahora, uno la conoce perfectamente. Toda la gente de la zona en su momento, por ejemplo  Duhalde cuando fue gobernador o Presidente. Ahora es gente de otras generaciones, ahora que yo llegué a la intendencia municipal son otras las personas. Por supuesto conozco a los dirigentes de San Vicente y Almirante Brown de antes, y conozco los de ahora. 
 



- ¿Con tu esposo se conocieron militando? ¿O cómo se conocieron?

No, nos conocimos de más chicos, no tenía nada que ver la militancia. Nos conocimos como cualquier otro joven, dos jóvenes que se gustan, y tuvimos una relación a lo largo de los años. Me casé cuando tenía 21 años, enseguida tuve hijos y retomé nuevamente la militancia más cerca de los 30 años.


- ¿La política suele ser un tema central en la mesa cuando cenan, en el día a día?

Sí, porque hoy mis hijos están todos casados, tienen su casa, su familia, y cuando nos encontramos con mi marido él me comenta algo de su trabajo y yo le comento algo del mío, porque los dos si bien no hacemos lo mismo, yo estoy dirigiendo un municipio, él la CGT y un sindicato.

- ¿Suelen tener discusiones? ¿intercambian opiniones?

¡No!, porque nuestros trabajos están separados. Yo no me puedo ocupar ni cinco minutos de lo que él hace, como él no se puede ocupar, por la gran actividad que tiene, de lo que hago yo. Por ahí entre nosotros charlamos, intercambiamos opiniones, hasta podemos llegar a concretar mutuamente. Discusiones no, porque yo no tengo nada que discutir con él de lo que hace ni él conmigo. 


- Te tocó transitar una parte de tu vida en la dictadura, ¿Cómo lo viviste?

Eran momentos muy difíciles, muy tristes para este país. Creo que, por supuesto como Argentina, tenemos que trabajar mucho para no volver a tener un gobierno dictatorial, pero la historia argentina no empieza y termina ahí. Creo que desde el momento que nací (en el 55) vivía estudiando la historia argentina. En el año 66 viví muchas cosas tristes, del 66 en adelante. Por eso digo yo que hay que hacer bien las cosas, los dirigentes políticos tenemos que mostrar que podemos hacer mejor las cosas y transitar un camino de paz y de unión, que es lo único que sirve para evitar males mayores como los que tuvimos que pasar en décadas pasadas. 

- ¿Tenés algún recuerdo fuerte de esa época?

Tengo muchos recuerdos fuertes de esa época. Tengo el conocimiento de muchas personas que vi pasar por mi vida y que después no las vi más, tengo todo tipo de recuerdos, todos tristes. Preferiría dejarlos ahí.

-Es un tema muy sensible

Sí. El otro día dije en el discurso cuando se conmemoró un nuevo aniversario del golpe militar, que creo que todos tenemos que aprender a hacer las cosas bien, y que tenemos que mirar el futuro, pero para mirar el futuro con esperanza, ahí está la responsabilidad de todos los dirigentes políticos y de los jóvenes. No serle útil a ningún sector que quiera venir a implementar nuevamente una dictadura militar, pero tener el equilibrio suficiente para poder transitar estos tiempos con responsabilidad.

- A veces, para mirar el futuro, hay que mirar un poco el pasado para repetirlo, ¿no?

No hay que repetirlo en ningún sentido.


-Contame un poco de tu rutina, tu día a día

Me levanto, desayuno, miro un poquito lo que tengo que hacer en la actividad privada, dar algunas indicaciones a quienes todavía están trabajando conmigo en la actividad privada, y después dedicarme de lleno a la tarea como intendenta. Ver la agenda, a ver si tengo alguna reunión fuera del distrito, y sino me aboco a estar todo el día en la Municipalidad hasta altas horas, porque no es que uno tiene un horario de seis horas, son 10, 12 horas, las que sean necesarias, no solamente para mirar toda la documentación que uno tiene que firmar, sino para hablar con los distintos secretarios y poder planificar las distintas actividades. 

Por ahí en un día me toca atender a cuatro, cinco secretarios que me plantean distintas cuestiones de salud, infraestructura, servicio, lo que sea, y uno le tiene que poner ímpetu, resolverlo, y también tenés que estar todo el día con el teléfono solicitando a la Nación  o a la Provincia la posibilidad de algún proyecto, porque un municipio humilde como el que yo tengo tiene una recaudación muy baja y dependo mucho de que la Nación y la Provincia me ayuden para poder concretar mucho de lo que nos falta en infraestructura y cualquier otro tema.

- ¿Y desayunás en la oficina o en tu casa?

En mi casa. Con un buen café con leche, un buen jugo de naranja. Bien completo porque después no almuerzo. Por eso mi desayuno tiene que ser muy contundente.
 



- ¿Y merienda?

Sí, acá en la oficina tomo café, mate cocido varias veces al día. Por ejemplo, no me gusta mucho tomar agua, pero sé que tengo que tomar líquido, así que bueno ¡Cuando estás trabajando te olvidás! si no te ponés la botellita al lado.

- ¿Y en tus tiempos libres qué solés hacer?

Tengo muy poco tiempo libre, el domingo nada más, porque el sábado también, si no tengo que venir a la municipalidad, igual me estoy ocupando, me llevo siempre algún trabajo que quedó pendiente a mi casa del viernes. El domingo se lo dedico enteramente a mis hijos, y a mis nietos, que tengo muchos, tengo 7 nietos, así que saben que la abuela está presente los domingos. 

-¿Qué te gusta compartir con ellos?, ¿Qué suelen hacer?

Me gusta compartir, con las chicas que son mujeres, desde una salida hasta recibirlas en mi casa, tener la posibilidad de compartir una cena o un almuerzo juntos.

- ¿Y con tus nietos?

Las actividades que podés tener con los adolescentes. Tengo de todas las edades, desde una nena de 10 años, a dos o tres varones que andan por los 15 años, y después un chico de 17 que este año, estamos con toda la alegría de tener un nieto de esa edad pero también todas las preocupaciones parecida a la de todos los padres: que estudien, se preparen.

Estoy atenta a todo lo que les pase, tanto en la vida de mis hijos como la de mis nietos. No soy una abuela que los cría, soy una abuela que los mima. Uno está atento a lo que les pasa. Yo siempre les dije a mis hijos: "El día que tengan hijos, sepan que yo no los voy a criar, los padres van a ser ustedes". Son excelentes padres, yo estoy ahí para mimarlos, consentirlos y cuidarlos, pero no desde el rol de padre, sino de abuela.

Soy una abuela que recibe a sus nietos con toda la alegría, como todas las abuelas. Uno se pone muy contento cuando trabaja toda la semana y tiene un día para recibirlos y atenderlos, eso me da placer, disfrutarlos. Desde ir a caminar, ir a comprar algo con la familia, o quedarnos en casa mirando una película, compartiendo una cena, las cosas simples de la vida, las que nunca tenés que perder, porque en algún momento tenés que encontrarte con la familia también, es muy importante. 

-¿Cómo fue pasar los primeros meses de la pandemia, la distancia con tus hijos? 

Los primeros meses fueron muy difíciles. El primero y segundo mes uno estaba más relajado cuando las cosas no estaban tan graves, pero llegado el invierno pasamos mucho tiempo sin vernos, ellos por cuidarme a mí, yo por cuidarlos a ellos. Fue difícil, fue más teléfono que otra cosa.

También me pasó como intendenta, los primeros meses fue más leve pero cuando fue llegando el invierno fue complicado y difícil porque todos nos enfrentamos ante una pandemia desconocida, que todos los días te dejaba una sorpresa distinta. No fue fácil tener que armar, desde los ministerios hasta los municipios, acondicionar mejor los hospitales de cada localidad, hacer todo lo preventivo en las distintas salitas, hubo que cambiar muchas cosas para también hacer los centros de aislamiento, para contener a la gente con los llamados telefónicos. Fueron muchas tareas juntas, a la vez, que ningún municipio había enfrentado y todos tuvimos que ponerle muchas horas de trabajo para estar a la altura de las circunstancias, aprendiendo todos los días algo nuevo. 

- Y ahora, con la experiencia de ya haber pasado un año ¿Cómo te sentís? ¿Con las mismas preocupaciones pero un poco más "canchera"?

Uno espera no enfrentarse a lo mismo, que el vecino entienda y comprenda la necesidad de cuidarse, de prevenir la enfermedad. Estamos en plena etapa de vacunación, recordemos que esto va a llevar un tiempo.

No hace falta más que ver a nuestros vecinos de Chile que tienen una alta tasa de gente que ya pudieron vacunar, no es instantáneo, no es que te vacunás y ya está, la vacuna tarda un tiempo en el cuerpo humano para realmente protegerte, y hasta que todos no tengan la segunda dosis, no va a ser una tarea fácil, es una responsabilidad que uno asume como intendente, pero lo más importante, es que la gente lo asuma, entienda todas estas cuestiones para no enojarse con nadie, porque nadie tiene la culpa de la pandemia, ni nosotros ni los vecinos trajimos la pandemia al mundo, es algo que se dio y hay que enfrentarlo, la mejor solución ahora es el cuidado, y la vacuna va a ser una solución en el tiempo, no es que te aplicaste la vacuna y al otro día podés andar sin barbijo, juntarte con todo el mundo, porque te seguís arriesgando igual. 

- ¿Qué recuerdos de tu infancia tenés? 

Recuerdo mucho Lanús, porque mis padres vivían en Lanús. Yo nací en Avellaneda. Tengo el mejor de los recuerdos en la localidad de Lanús, y después cuando vine a Guernica en el año 1960, todo esto era casi todo campo y teníamos la posibilidad de jugar en la vereda de casa, antes los chicos no teníamos problema de jugar en la vereda de nuestra casa, no había ningún peligro, y eso se añora, porque lo veo hoy en mis nietos que uno los tiene que estar cuidando permanentemente, llevarlo en remís, traerlo en remís, en coche, para que no corran los riesgos que hoy lamentablemente existen.

Tuve una infancia muy feliz, con mis padres tengo que sacarme el sombrero, porque a pesar de ser gente trabajadora nos dieron todo lo que pudieron y fueron muy responsables y buenas personas con nosotros, digo nosotros porque tengo cinco hermanos más.

Tengo hermanos más grandes y más chicos. En total somos seis hermanos. Mi papá siempre nos inculcó la unión entre los hermanos, hasta el día de hoy permanece, es la mejor herencia -digo yo- que nos dejaron nuestros padres. El año pasado desgraciadamente perdí a mi mamá y a mi papá lo perdí hace diez años, pero guardo el mejor de los recuerdos de eso, porque fueron excelentes padres.


- ¿Cómo te ves de acá a cinco años?

Deseo de todo corazón estar trabajando para esto. Quiero mejorar la ciudad donde estoy, el partido donde estoy. Tenemos que trabajar mucho para aportar a Presidente Perón de más infraestructura. Estamos trabajando en todas las áreas, creo que de acá a cinco años voy a poder decir que los sueños que siempre tuve de ser intendenta y mejorar la calidad de vida de los vecinos, creo que se va a ver reflejado en el trabajo que hoy todavía no se puede visualizar, porque todo lo que pandemia mediante gestioné el año pasado, se va a empezar a ver el resultado a partir de este año recién, porque todo lo que sea obras, lleva su tiempo, no es inmediato que vos solicitás algo y al otro día está.

Es la tarea que hacen todos los intendentes, permanentemente gestionar para ver en el futuro obras realizadas. En eso estoy, espero dentro de cinco años poder decir "Pude lograr todo esto".
 

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