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Lunes, 21 octubre 2024
Argentina
31 de diciembre de 1969
Político y Poeta

Mussi, un amante del verso

Se autodefine como un poeta popular. Sus rimas hablan del barrio, el perro, la mujer, el amigo, Evita, el soldado de Malvinas, entre otros temas. Mano a mano con La Tecla, recitó de memoria su primer poesía

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Es intendente de Berazategui y fue ministro de Salud bonaerense. Además se desempeñó como Director del Hospital San Martín. El tiempo pasa y los cargos también. Lo que queda intacto es el amor por la poesía. Juan José Mussi recibió a La Tecla en su despacho y alabó a Gagliardi, a Perón y a sus amigos, a su barrio y a Juanita. A todos les dedicó algunos versos alguna vez. La mayoría pueden apreciarse en su última obra publicada a principios del año pasado.



¿Cómo nació su relación con la literatura?



Según me decían las profesoras de literatura del Colegio Nacional, tenía cierta facilidad cuando se hablaba de las composiciones y de los temas para escribir. Honestamente era una materia en la que me iba muy bien. Después comencé a escribir poesías. Siempre con carácter popular y en base a algún tema. No entiendo de poesía abstracta. Simplemente escribo, trato de que rime. Y escribiéndole a mi barrio, a los clubes, a los lugares donde iba cuando era chico. Estaba a punto de recibirme de médico cuando escribí la primera. Se la hice a Plátanos, al pueblo donde nací y donde vivo.



¿Qué otros temas tocan sus poesías?



Le escribí a mi papá; a mi madre; a los clubes del barrio; a los lugares a los que íbamos a bailar; al Hospital San Martín, de donde fue Director; al ministerio de Salud, de donde fui ministro; al Berazategui de antes, al de ahora; a Evita; al soldado de Malvinas; a los jubilados; a las manzaneras; a mi vecino; a la mujer; al amigo; a la cocinera.



¿A qué cocinera?

A Juanita, que hace un montón de años que está acá en la municipalidad. Estaba inspirado, tranquilo en mi despacho y salió una linda poesía.



¿Cuándo decide comenzar a publicar sus libros?



El primer librito lo publiqué dedicado a todas las cosas de la zona, cuando Hudson fue declarado ciudad. Y después, el año pasado, presenté el otro libro agregándole todas las demás poesías que tenía escritas. Y lo publiqué recién el año pasado, cuarenta años después del primero. Nunca había pensado en publicarlos, siempre lo hice para mí. Incluso muchas las tenía en borrador. Ni siquiera las había pasado a máquina.



¿Quién es su referente dentro de la poesía?



Me gustaba mucho Héctor Gagliardi. Era un admirador. No solamente lo leí muchas veces, sino que también llegué a recitar poesías de él. Fue el mejor pintor de la vida cotidiana que tuvo la argentina. También de carácter popular, como mis poesías.

Hace unas semanas inauguró un monumento al perro callejero y leyó una poesía.



¿Era suya también?

Si. Al perrito callejero le escribí una larguísima. Me gustan mucho los animales. Berazategui es una ciudad que prácticamente tiene todas las ordenanzas de protección de los animales. Y tengo cinco perros. Dos de ellos vienen de la calle. A una de las callejeras, a la Yuli, le hice una poesía.



¿Cuál es su momento preferido para sentarse a escribir?

Cualquiera. Por ahí estoy un rato solo en mi despacho y me pongo a escribir. A veces en casa a la noche. Si me levanto muy temprano, los sábados también suelo escribir.



¿Siempre poesía?

Escribí también un libro en homenaje a los caídos en la lucha dentro del Movimiento peronista, a los caídos el 9 de junio de 1956, que fueron fusilados en José León Suárez. Se trata de una gran recopilación de datos con opiniones. Se llama la Resistencia de la Lealtad. Habla de toda la etapa de la resistencia del peronismo sin Perón. La lucha por “el Perón vuelve”. Después de ser director del Hospital San Martín estuve seis meses refugiado en la montaña. No había hecho nada, por diferencia políticas. Me salvó un cura, que era conocido de uno de los tantos pesados de la época. Antes lo había salvado yo: pero de un coma diabético.



Plátanos, su primera musa inspiradora



A su Plátanos querido



A mi Plátanos querido, pueblito de mis amores,

Que conservas tus valores, que en tu vida no has perdido,

Que de la nada has crecido, que un día fuiste maleza,

Y el progreso y la grandeza no te echaron al olvido

Tres manzanas te formaban cuando a la vida nacías

Y las líneas de la vía sin mirarte te cruzaban

Alambrados te cercaban que tendían los pudientes

Que por ser tan diferentes de la pobreza se aislaban

Hoy son hombres los purretes que tus calles alegraban

En ti tu infancia pasaron sin conocer un juguete

Y te juro la gran siete eran tan puros y sanos

Se querían como hermanos esa barra de pebetes

Cuando el amor con pasión golpeó a la izquierda en su pecho

Ahí mismo hicieron techo y forjaron su ilusión

Y con santa devoción el cielo alegrarlos quiso

Y con hijos los bendijo que son su orgullo y pasión

Pero el progreso imperante volteó cercos y alambrados

Dejando todo quebrado tras su avanzar incesante

Mirando siempre adelante y olvidando lo de atrás

Y pidiendo más y más con su fuerza avasallante

Y Hudson tu amigo y vecino te tendió firme su mano

Y con cariño de hermano compartieron sus destinos

Recorrieron sus caminos siempre juntos sin traiciones

Compartieron ilusiones como nobles argentinos

Los hijos fueron creciendo y los años que hacen cola

Trayendo la nueva ola todo aquello lo fue hundiendo

Todavía no comprendo como pudo suceder

Si hasta me cuesta creer lo que hoy se está viviendo

Como el creador te forjó mi Plátanos yo te añoro

Y como mejor tesoro gente humilde te ofreció

Calles de tierra te dio y con luces de pureza

Iluminó la grandeza que el divino te negó

Tus veredas embarradas son un poco de tu gloria

Y trocitos de tu historia las esquinas frecuentadas

Por aquella muchachada noble y pura sin igual

Derecha, sincera, y leal siempre firme en la gauchada

Hoy te pusiste galera lo veo con alegría

Y expresarte no podría hoy lo que siento aunque quisiera

El tiempo y su mano artera te dieron agua corriente

Luces blancas, diferentes, iluminan tus aceras,

El asfalto ya esta aquí y su sino de platino

bordará en un manto fino que tus calles cubrirá

Pero allí se ocultarán los colgajos de tu historia

Y su cemento a tu gloria firme velo le pondrá

Y si así te lo pidiera vos que del cielo me oís

Vos que todo lo sentís, ay que lindo si pudiera

Que los credos, las ideas, la política y sus males

Nunca sienten sus reales ni nos separen quisiera

Que el Plátano de mis amores no vea lucha de hermanos

Que nunca ensucie sus manos ni conozcan de dolor

Que a su camino las flores crezcan en manto divino

Y embellezcan sus destinos con sus luces de colores

Quién así con devoción te lo pide con desvelo

Es un hijo de tu suelo que te adora con pasión

Que tributa su razón por que guardes tu pureza

Y hace votos de grandeza con todo su corazón

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