31 de diciembre de 1969
Informe
El nuevo armado de los socios Kirchneristas
El Frente Grande, el Partido para la Victoria, el Socialismo y la UCR K persisten en el oficialismo, mientras juegan a la construcción de nuevas alianzas electorales. Pistas sobre los acuerdos que comienzan a tejerse a la sombra del Gobierno
Pluralismo, concertación, apertura, fueron las diferentes palabras que construyeron el universo kirchnerista.
Esos términos conformaron el tejido preliminar que armó el juego del ex presidente Néstor Kirchner y luego se constituyó en la base electoral de la actual presidenta, Cristina Fernández.
Pero, como si fuera de cartón, la plataforma comenzó a hundirse por su propio peso y a mostrar fisuras en lugares no pensados.
Hizo agua la lealtad justicialista, que en el voto de muchos integrantes mostró diferencias concretas con el Gobierno.
Sucedió también con algunos radicales protagonistas de la Concertación, como el caso del vicepresidente, Julio Cobos, que tras su voto “no positivo” marcó un antes y un después de la gestión de CFK.
Sin embargo, quedo en pie, y salió fortalecida la sociedad establecida con los sectores de centroizquierda, como el Frente Grande, el Partido para la Victoria y el Socialismo.
Como los mejores soldados, los progresistas avalaron las últimas decisiones económicas de la Presidenta.
Decididos a jugar a fondo en el marco del oficialismo, pero confrontando con el PJ, estos socios K apuestan ahora a una nueva construcción, que podría tener como aliados a sectores desconformes y hasta críticos con el partido gobernante.
La intención, aseguran, es reagruparse para nuevas batallas electorales, siempre bajo la lógica del pluralismo.
El armado
Los radicales K juegan divididos por fuerza. Los gobernadores Gerardo Zamora (Santiago del Estero) y Miguel Saiz (Río Negro) tienen la obligación financiera de preservar una buena relación con el Gobierno, hecho que no les inhibe anticipar su propio armado.
Están luego los cobistas, nombre que encubre a los radicales que, desilusionados de la baja participación, cercana a la indiferencia, otorgada por el oficialismo, decidieron rearmar su juego.
Este sector, integrado por jefes comunales, ex funcionarios y dirigentes desilusionados, ya no pretende recapturar la Unión Cívica Radical, sino que apuesta en lo inmediato a reagrupar fuerzas, sumar voluntades y, bajo esa lógica, organizar un sector de centro.
La coincidencia de los socios K, que habitan fuera del justicialismo, es la decisión de seguir apostando al kirchnerismo, hasta donde resista la cuerda, y desde allí o, en caso extremo, por fuera, comenzar a construir una alternativa.
Esta futura conformación, con obvias intenciones electorales, tendría sustento en sus propias agrupaciones, y se ampliaría hacia sectores sociales, en general, desconformes con la gestión presidencial, aunque con coincidencias en la raíz ideológica.
En las próximas semanas, tanto los cobistas como los frentistas y socialistas comenzarán a blanquear los armados, que han venido tejiendo en las sombras, fuera de la tutela K.