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Jueves, 26 diciembre 2024
Argentina
26 de julio de 2022
NOTA DE GRAFICA

Nicolás Kreplak: "Hay una mercantilización muy grande de la práctica médica"

El ministro de Salud asegura que inició la transformación del sistema sanitario. Los cambios que impulsa, críticas al uso excesivo de tecnologías que encarecen los tratamientos y la importancia de la descentralización y del médico de cabecera. Hobbies y familia.

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Corta la cinta acompañado por el intendente, su antecesor en el cargo y otros funcionarios provinciales y locales. Recorre el edificio nuevo, se fotografía con todos los que se lo piden y escucha atento a una mujer que le habla de la enfermedad de uno de sus hijos. Manda a anotar su teléfono. Comparte una comida colectiva. Después de inaugurar un Centro de Atención Primaria de la Salud (CAPS) en el barrio Pico Rojo de General Rodríguez, Nicolás Kreplak habla con La Tecla de su proyecto como ministro de Salud de la Provincia, de las falencias del sistema y hacia dónde se debe apuntar.

Nicolás Kreplak:

-¿Hay que descentralizar más la salud?

-Al histórico modelo sanitario del siglo XIX y primera mitad del siglo XX le decimos hospitalocéntrico, organizado alrededor de los hospitales, lo cual es razonable; pero desde 1978 el mundo se organiza alrededor de una estrategia que se llama atención primaria de la salud. Pasa que los modelos más mercantilistas de la salud, los que tienen más que ver con un negocio del pago de las prestaciones y de la tecnología, incentivan mucho más la aparición de grandes sanatorios y hospitales que el trabajo que toda la comunidad sanitaria a nivel global reconoce como la verdadera estrategia, que es la atención primaria. 

-¿Es complicado conseguir profesionales de la salud para un lugar como este, por ejemplo?

-Hay un problema grande, que es cómo se miró tradicionalmente la salud en Argentina, y lo que yo creo que tiene que suceder. Ha quedado demasiado depositada en manos de las médicas y los médicos toda la cuestión de la salud; y el médico tiene un rol importantísimo pero no es el único actor, hay muchos otros actores del sistema que tienen que tomar roles. Hoy tenemos una crisis muy grande, porque mientras yo digo esto, por otro lado hay una mercantilización muy grande de la práctica médica. Hay trabajadores y trabajadoras que están ganando muy por arriba de lo que puede ganarse en el sector público, en función de hacer prácticas que no son necesarias, con un costo muy alto, que se hacen excesivas cantidades de veces. Hablamos de ingresos millonarios.

-¿Qué tipo de profesionales hacen falta?

Nicolás Kreplak:

-Faltar, no falta nada. Hay menos profesionales en dos temáticas: las áreas críticas, que son neonatología, terapia intensiva pediátrica y terapia intensiva de adultos; y, sobre todo, lo más problemático son las grandes especialidades: en medicina general no se cubren los puestos ofrecidos de residentes, ni en me-dicina clínica y pediatría.

-¿Por qué pasa eso?

-Porque el médico que atiende no gana tanto como uno que se dedica a una subespecialidad y cobra por eso mucho más dinero, lo cual es un error desde varios puntos de vista. En medicina lo más difícil es lo general, porque cuando uno se mete en un solo tema puede saberlo más en profundidad, y lo complejo son las cosas donde el sistema necesita trabajar más en red. Las discusiones tienen que ver qui-zás con una atención individualista, contra la atención en equipo. Es difícil que una persona pueda atender todas las cosas, ahora, si está en equipo se siente más seguro; entonces nuestra apuesta es fortalecer ese rol, el del generalista, el del pediatra general, y por eso también estamos haciendo transformaciones en los hospitales de la Provincia.

-¿Qué transformaciones?

-Los hospitales son pabellonados, cada servicio tiene su parte de internación, y eso hace que esté fragmentada la atención; si una persona que está en traumatología tiene un problema cardíaco, el cardiólogo va de visita al servicio de traumatología y no es el responsable de ese paciente. Estos son modelos hospitalarios muy viejos. Entonces estamos transformando los hospitales en lo que llamamos cuidados progresivos, donde el eje central es el médico clínico que se contacta con los especialistas para hacer todas las consultas que precise. Y todos los de-más trabajan en esas camas para atender la problemática que tengan, pero con un médico de cabecera.

Nicolás Kreplak:

-¿Y se avanza en ese nuevo sistema?

-Estamos avanzando, hay muchas co-sas que se tienen que discutir. Primero ay una discusión respecto del sistema de toma de decisiones; hoy nosotros tenemos el sistema de salud provincial fragmentado, no solo en los subsectores clásicos -privados, públicos, seguridad social-, sino también municipal, provincial y nacional con escaso nivel de diá-logo. Lo que estamos trabajando, y que probablemente precise una ley que lo or-ganice, es cómo se toma una decisión. Por qué se decide hacer un centro de salud en un lugar y no en otro, por ejemplo. En el sector público, como no hay un estímulo sobre la renta, en general es sobre la necesidad; en el sector privado, a veces se pone un sanatorio al lado de otro para competir. La tecnología de la salud avanzó tanto que antes un hospital podía abarcar todos los problemas; hoy ningún hospital abarca todas las tecnologías y problemáticas, indefectiblemente tienen que trabajar en red. 

-¿Sirven hoy los grandes hospitales?

-Son indispensables para un segmento. Necesitan usar todo su conocimiento, tecnología y bagaje lo mejor aplicado posible. Quizás hay mucha población que requiere atención de menor complejidad que no debería hacerse en estos lugares. El modelo de El Cruce, que es un hospital de derivación, es muy bueno. Lo que precisa, indefectiblemente, es que los hospitales que le derivan resuelvan el 90% de problemas, que no le envíen problemas que deberían resolver ellos. Por eso las inversiones que estamos haciendo en los hospitales de Quilmes, Berazategui y Brown son impresionantes, para que crezcan en su capacidad de respuesta. Ese es uno de los puntos, el de la toma 
de decisiones, que se vio en la pandemia que funcionó.

Nicolás Kreplak:

-¿Y los otros?

-El sistema de información. Trabajamos en una historia clínica integrada, digital, que estamos poniendo en los hospitales provinciales y municipales. Pero el objetivo es que sea el único sistema en la Provincia, que lo tengan también las obras sociales. Que si una persona se antiende en un hospital de PAMI o va a un centro de salud o un hospital provincial, no empecemos de vuelta.

-¿No debe sumarse a los privados?

-No tengo ninguna duda de que tiene que ser con los privados. He hablado con muchos del sector privado y están completamente de acuerdo. También los financiadores y los prestadores. Porque nos permite, primero, optimizar mucho más el uso de los recursos. El sistema de salud es muy costoso y cada vez que aparece una nueva tecnología aumenta el costo, entonces tenemos que garantizar que si esa tecnología resuelve la vida de alguien, sea accesible, para lo cual hay que eficientizar muchísimo y reducir las cosas que no valen la pena. La discusión que también tenemos que darnos es el modelo de atención, que es a partir de un médico de ca-becera, y un equipo que te pueda acompañar. Eso mejora muchísimo la calidad de la salud y orienta el flujo.

Nicolás Kreplak:

-¿Entonces, hacia dónde debe virar el sistema de salud de la Provincia?

-Hacia un sistema de coordinación de toma de decisiones, un sistema de información unificado, y hacia un modelo de atención claro donde la población sepa qué es lo que tiene que hacer. Hay que evitar la atención por guardia. Y si no hicimos todo ya es porque teníamos un déficit estructural enorme, de infraestructura, de equipos de salud, de inversión en tecnología. Quiero hacer la historia clínica informatizada y estoy poniendo la llegada de internet a los centros de salud, y comprando computadoras. Va a tardar unos cuantos años, con lo cual es muy importante también dar continuidad a los procesos sanitarios. Es necesario que en salud tengamos un acuerdo político y políticas de Estado. 

-¿Cree que es posible ese acuerdo?

-Cuando arrancamos, el ministerio tenía el 5,1% del presupuesto provincial, y hoy es el 7,1%. Esto precisa inversión. Si uno cree que al Estado hay que achicarlo y que no hay que contratar a ningún trabajador, o bajarle el sueldo cuando perdieron un 22% del poder adquisitivo en el Gobierno anterior, es imposible. Ahora, si nos ponemos de acuerdo con que estas van a ser las políticas, tienen que defenderlas todos.


Nicolás Kreplak:

-¿Qué tiene que quedar en el sistema de salud cuando Nicolás Kreplak se vaya?

-Tiene que quedar desencadenado el proceso de transformación del sistema de salud para la integración. Con una serie de acuerdos y estos tres ejes que planteé, pero sobre todo una convicción en los trabajadores y trabajadoras de que hay que hacerlo. No importa quién esté, hay que hacerlo. Yo creo que no lo puede hacer cualquier proyecto político, porque hay proyectos que vienen a privatizar y a achicar el Estado. No me da lo mismo quién gobierna.  

-¿La síntesis sería vamos a cambiar el sistema de salud?

-Sí, sin ninguna duda, vamos a cambiar el sistema de salud. Es un proceso que ya está desencadenado. 


Recursos: “Tienen que ser equitativos, y en salud tienen que ser especiales”

Nicolás Kreplak:

-Dijo que la idea de los legisladores porteños de cobrarles a quienes se atienden en los hospitales de la Ciudad va en contra de lo que se intenta construir como país. ¿Cuál es la salida para terminar con los problemas jurisdiccionales del AMBA?

-Cuando hablamos de integración de sistema tiene que ser a nivel nacional, y tiene que haber una claridad respecto de los recursos que tenemos. Los recursos tienen que ser equitativos, y en salud creo que hay que sacarlos de la distribución de la torta de los recursos generales, tienen que ser especiales.

Los hospitales de la Ciudad de Buenos Aires son nacionales, muchos son muy especializados, pensados para todo el país, e incluso algunos, para Latinoamérica. Entonces tiene que haber una claridad sobre los recursos, y no puede haber más recursos en una jurisdicción que en otra, porque se generan asimetrías.

Tres millones de personas todos los días entran en Ciudad a laburar, que producen riqueza, compran la comida, pagan los impuestos; la mayor parte de los profesionales que laburan en los hospitales públicos de la Ciu-dad también viven en la Provincia. Es una discusión bastante canalla, porque sería intentar cortar a los que más precisan de un derecho y un acceso universal, cuando son los mismos que todos los días aportan para que la Ciudad tenga sus recursos.

Nicolás Kreplak:

La Ciudad de Buenos Aires no es una provincia, es la sede del Estado nacional, y en el ‘94 se decidió que pudiera tener autogobierno. No se puede pensar solamente para las personas que tienen domicilio ahí, es la capital de todos los argentinos.

-¿Se debería separar la coparticipación en salud del resto del reparto?

-Tiene que haber una cosa marcada y clara. En educación tenemos claro qué porcentaje del PBI tiene que ir ahí. El ca-mino hacia el que debemos ir tiene que ser más o menos equitativo. No podemos tener menos recursos en Chaco, Santiago del Estero o la provincia de Buenos Aires que en la Ciudad. Incluso tenemos que compensar, construir la infraestructura que hace falta. 


Boxeo, guitarra, bajo y dirección de documentales

-¿De qué cosas disfruta por fuera de la profesión y de ser ministro?

-Fueron años difíciles, con poco espacio para otras cosas, pero hago deporte, boxeo. Hago bastante boxeo, lo disfruto muchísimo y es un cable a tierra absoluto. Debe ser el único rato donde no miro el teléfono por una horita. Tengo amigos con los cuales, en lo posible, intento verme. Disfruto mucho de la familia.

Nicolás Kreplak:
 
Y tengo algún que otro hobbie. En una época fui músico, pero eso me está quedando un poco atrás, porque es difícil mantenerte como músico si no tocás. 

-¿Instrumentos?

-La guitarra y el bajo. Y después dirigí una película, un documental, que se llama “La in-subordinación de los privilegiados”, que es un documental sobre salud, muy político, que hice durante el macrismo, en el ‘18, y estre-namos en el ‘19. Fue una experiencia hermosa. Y ahora estamos terminando un segundo documental, que se llama “El porvenir de la vida en común”, que es sobre los procesos de desmanicomialización; qué le pasa a la gente que vivía en un encierro y ahora vive en una casa. 

-Anunciaron eso la semana pasada, es un cambio importante. ¿La idea es cerrar los centros psiquiátricos?

-Le decimos abrir, porque, básicamente, lo que hay que lograr es que las personas que estaban encerradas puedan vivir en su comunidad. Ya hay casi 500 personas que pasaron de vivir durante muchísimos años en una especie de con-dena por un crimen que no cometieron a vivir en unas 176 casas comunitarias, con equipos de salud que los atienden ahí. Gente que se va a internar si tiene una crisis, como cualquier problema de salud. 


Burocracia e Instituto Tomás Perón: “La salud no puede entrar en la discusión política”

¿Cómo se lleva con la burocracia de la Provincia?


Nicolás Kreplak:

-De diversas formas. En la pandemia tuvimos que echar mano a los trabajadores y trabajadoras del ministerio, y en los primeros dos meses fue trabajo ininterrumpido, sin sábados ni domingos. Teníamos bancos de drogas oncológicas sin drogas y con una deuda de un año con los proveedores. Tuvimos que hacer un trabajo extraordinario.

Es cierto que las características de la Provincia, que son previas a la modernización del Estado que se dio en otros lugares, hace que tengamos un ida y vuelta de procedimientos que muchas veces complica. En este contexto (inflacionario) es difícil lograr contrataciones o compras, porque a qué precio va a ser efectivamente que se compre; y ahí entra una especulación que es mala.

También Salud es distinta a otras áreas, porque para un hospital compro 30.000 ítems distintos. Creo, por la complejidad que tiene el ministerio, que debe tener procedimientos administrativos alternativos. Por ejemplo, si se rompe algo en un laboratorio tengo que hacer un proceso de compra que va a demorar ocho meses, y cualquier inconveniente debe resolverse de inmediato. No queda ningún laboratorio en otras provincias que tenga los procesos administrativos del Estado, son empresas.

-¿Es lo que se busca con el Instituto Biológico Tomás Perón, que está frenado en la Legislatura?

Nicolás Kreplak:

-Está puesto en discusión porque algunos legisladores de la oposición lo quieren discutir en un paquete de leyes donde entran otras cosas. La salud no puede entrar en la discusión política, porque si no, esto no funciona. Es muy difícil de verdad, y se necesita la colaboración de todos. Lo que queremos con el Tomás Perón es mejorar los procedimientos administrativos e invertir más, y que esa inversión produzca innovación, volver a hacer los medicamentos y las vacunas que están huérfanas, que no lo produce nadie y son indispensables. Y también tener alianzas con el sector privado y las universidades para desarrollar cosas nuevas. 


Obras sociales: “Tenemos que lograr que el sistema sea solidario nuevamente”

Hay países donde funciona un seguro de salud universal. ¿Es mejor ese sistema o el de obras sociales, como el que tenemos acá?

-Hay sistemas con un seguro de salud universalizado y otros que tienen algo más parecido al sector público; y el de Argentina es uno de los más complejos, porque tiene casi todos. Pero es la historia que tenemos nosotros y no reniego de eso. Que haya obras sociales tiene grandes potencialidades, lo que no puede ser es que cada una sea una islita y se acabe en sí
misma. 

Y ni hablar de las distorsiones que se generaron especialmente en los ‘90, donde hubo un desacople en la seguridad social y quedó una seguridad social pobre y una seguridad social rica; la más rica se fue para el sector prepago y la más pobre se quedó con obras sociales sub financiadas, que para poder bancarse pusieron muchas barreras de acceso.

Nicolás Kreplak:

Tenemos que lograr que el sistema sea solidario nuevamente, pero que la toma decisiones sea conjunta; tiene que haber un órgano de discusión, en cabeza del Ministerio de Salud de la Nación y en cada provincia, que defina cuáles son los intereses sanitarios y que ayuden a que las obras sociales hagan las mejores inversiones en salud para cuidar a su gente.

Y si en un lugar una obra social tiene un angiógrafo, no tengo por qué invertir en eso en un hospital público, lo usamos todos y yo compenso financieramente eso. No tiene que dejar de existir ningún subsistema, lo que hay que hacer es coordinarlo de una manera mucho más potente; en algún punto que sea obligatoriamente coordinado, que tengamos un modelo de atención similar y un sistema de información unificada. 


Familia: “Me encantaría que mis hijas sigan el camino de la militancia y la medicina”

¿Cómo repercute en el ámbito familiar ser el ministro de Salud de la Provincia?

-Soy de una familia muy militante. Mi compañera es militante. Sobre todo me acompaña mucho, me ayuda mucho. Hay una parte de las responsabilidades familiares en las que intento tener la mayor presencia posible, y permitirme hacer ciertas cosas es parte de una convicción militante. Mis hijas (de 7 y 10 años) son compañeras. Van a una escuela pública, donde se encuentran con todas las diferencias sociales, y tienen mucha sensibilidad; entonces, cuando les explico que estoy ha-ciendo tal cosa porque es laburo y porque laburo de esto, les parece bien. Ya con lo de médico les parece bien.

-Entonces, por ahí siguen el mismo camino.

-A mí me encantaría que sigan el camino de la militancia y la medicina. Intento convencerlas, pero todavía no me dan bola. También la familia, porque mi viejo era militante en salud, sanitarista (su mamá también era médica).

-Hay otro hermano médico pero que no está en la política.

-No es militante político activo, pero sabe mucho de medicina y nos da una mano muy grande. La familia es la caja de resonancia de todas estas cosas.

-Otro hermano juez y una hermana escritora. Las discusiones familiares deben ser muy interesantes.

-Sí. Además ahí nadie se queda callado. 

Nicolás Kreplak:






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