"¡Amigo, cuerpo a tierra!", el dramático momento que vivió Angela Torres
En el programa PH, la cantante relató una experiencia en la que estuvo al borde de la muerte.
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En uno de los últimos programas del año de PH, Angela Torres contó una dramática experiencia cuando pasó al clásico punto de encuentro. Andy Kusnetzoff lanzó la consigna: “Pasen al frente los que vieron la muerte de cerca”, y la cantante contó lo ocurrido.
“Lo mío es un poco cómico”, adelantó la hija de Gloria Carrá y relató: “Me fui de viaje hace poco con un amigo, a Menorca, en España. Era verano y nos pusimos a recorrer la playa. El lugar era un descampado total, había una montaña que bordeaba toda una isla con un precipicio, abajo estaba el mar. Nosotros estábamos caminando por la playa, en el medio de la nada, completamente solos, en un momento nos sentamos a descansar y cuando miro al cielo veo que se había encapotado todo, era como una nube negra que se avecinaba de golpe".
Angela Torres, continuó detallando la dramática experiencia: "Empezamos a caminar de nuevo y empezó a llover con todo, se desató un viento descomunal y lo peor fue cuando empezaron a caer piedras de un tamaño gigante, con decirte que caían al piso y no se rompían”.
Luego llegó el momento que más asustó a la artista: "Íbamos caminando para regresar y nos faltaban como 50 minutos para llegar al primer lugar en donde poder guarecernos. Mientras, las piedras nos golpeaban en el cuerpo y nos empezaron a lastimar, eran gigantes. En ese momento, lo miré a mi amigo y le grité: “¡Amigo, cuerpo a tierra!” y nos acostamos en el piso, tapándonos cada uno con el libro y con la mochila sobre nuestras cabezas".
Cuando parecía que la situación se salía de control, el temple de Ángela la ayudo a sobrepasar el momento: "Mi amigo estaba en estado de shock del susto y yo sin embargo tomé las riendas de la situación. Cuando vi que las piedras que caían eran más chiquitas, empezamos a correr. En ese momento pensé que nos íbamos a morir, mi amigo me decía que no aguantaba más el dolor, y no paraba de granizar. Lo tremendo era que no teníamos cómo taparnos, teníamos solamente una mochila que no tenía nada adentro”.
Finalmente, todo salió bien: “En eso vimos una camioneta a unos metros, entonces corrimos hacia ella, le golpeamos la ventanilla para que nos abriera y primero avanzó y se fue. Ahí sentí que me moría, literalmente. Pero enseguida el conductor se detuvo y pudimos entrar.