El orgullo de un pueblo del interior en la capital provincial
Con la presencia del intendente municipal, autoridades nacionales y provinciales, residentes y ex residentes, se reinauguró la casa del Centro de Estudiantes de Henderson en La Plata, un edificio con valor histórico que se refaccionó respetando la arquitectura original
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Visiblemente emocionado se lo vio en el mediodía de este martes al intendente municipal de Hipólito Yrigoyen, Ignacio Pugnaloni, al inaugurar las refacciones en una histórica casa de estudiantes que el distrito tiene en La Plata desde hace 55 años y que fue recuperada para albergar a más de 40 chicos y chicas que cursen carreras universitarias y terciarias en La Plata. El Centro de Estudiantes Universitario de Henderson (CEUH) se encuentra en la calle 48 Nº 934, entre 13 y 14 de la capital provincial, fuente al Palacio de Justicia, y es un edificio que fue declarado de interés arquitectónico por la municipalidad de La Plata.
Además de autoridades municipales de Hipólito Yrigoyen, el acto de reinauguración contó con la presencia de dirigentes que se desempeñan en cargos públicos en la Provincia y la Nación.
Entre otros, estuvieron el Secretario de Municipios de la Nación, Avelino Zurro; los senadores provinciales Walter Torchio y Gustavo Traverso, la diputada provincial Viviana Guzzo; la exsenadora Beatriz Arpigiani (oriunda de Henderson); el Secretario Legislativo de la Cámara de Diputados, Mauricio Barrientos; el Director de Patrimonio Cultural de la Provincia, Pedro Delheye; el jefe de Gabinete de la Dirección de Cultura y Educación, Juan Pablo Urquiza, y autoridades el ministerio de Economía. También dio el presente, como invitada especial, Norma Sánchez, la doctora en física argentina que reside en Francia y fue una de las nominadas a ganar el Premio Nobel de Física en 2019. Participó, además, el arquitecto Julio Santana, director de la Casa Curutchet.
Fue muy destacada por los presentes la asistencia del exdecano de la Facultad de Arquitectura de la UNLP, Fernando Gandolfi, y del actual decano de esa casa de altos estudios, Fernado Paez. Ambos tuvieron mucho que ver con la refacción y, sobre todo Gandolfi, tuvo una activa participación para evitar que el edificio fuera derrumbado, acompañando en la defensa del inmueble a los exresidentes, quienes siempre se opusieron a que el Centro de Estudiantes sea trasladado a otro lugar para dejar libre el terreno a presuntos negocios inmobiliarios.
Fue el fallecido exintendente Jorge Cortés quien tomó como política de gobierno la refacción de la histórica casa, que data de la década de 1910 y fue adquirida por el municipio de Hipólito Yrigoyen en 1968 y fue inaugurada como residencia de estudiantes el 2 de mayo de 1968. Es decir que la reinauguración coincidió con el día del 55 aniversario desde que el Centro de Estudiantes está abierto.
La obra que comenzó Cortés fue tomada como una de las banderas de gestión del actual jefe comunal, Ignacio Pugnaloni, quien hoy cortó la cinta y descubrió dos placas frente a la emoción de los exresidentes, que en muchos casos llegaron a La Plata desde diversos puntos de la Provincia donde ejercen sus profesiones, a las que pudieron acceder gracias a la accesibilidad que siempre el municipio brindó a quienes quisieran cumplir con el sueño de “M'hijo el dotor”.
Tras la reapertura, en la que se hizo un repaso por la historia del lugar y se mostraron fotos del estado calamitoso que tenía el inmueble antes de la refacción, Pugnaloni señaló que “es un día histórico para nosotros. Hubo intentos de demolición, intentos de venderla, y hoy darle la posibilidad a 46 alumnos que vengan a estudiar a la ciudad de La Plata no es poca cosa”.
El jefe comunal subrayó que “como intendente, y como intendente Justicialista, no solo es una promesa cumplida, sino que qué mejor forma de reinaugurar un centro de estudiantes, de dar igualdad de oportunidades, de aportar a la educación pública, y permitir que muchos chicos sean profesionales y regresen a nuestro pueblo. Yo tengo medio gabinete que son todos profesionales recibidos en esta casa”.
El edificio, que es orgullo de un distrito pequeño del interior provincial ya no le quita aspecto señorial a una de las zonas más céntricas y transitadas de la capital provincial, sino que le aporta el contraste perfecto a la modernidad que ha ganado el barrio en los últimos años, conservando su arquitectura, sus puertas de madera y ventanas de hierro, y se revela, junto al Palacio de Tribunales, con esos respiros de nostalgia que toda ciudad merece, necesita y nunca debe perder.