El intendente de La Plata confía en ser reelecto, aunque mira de reojo una situación preocupante: la caída de Patricia Bullrich en las encuestas. La mayoría en el Concejo Deliberante, un tema que desvela.

Hasta aquí, todo fue color de rosas.

O, al menos, sin demasiados contratiempos, ya sea a la hora de las elecciones como a lo largo de estos ocho años de gestión.

Con algún susto que otro, el actual intendente Julio Garro ha sabido sortear aquellas piedras que se fueron poniendo en su camino rumbo al tercer mandato.

Sin embargo, hay situaciones que lo desvelan y que por estas horas lo tiene realmente preocupado. Es más, aquellos que están más cercanos afirman que “está con los pelos de punta”.

El derrumbe del “boom” Patricia Bullrich es cada vez más evidente, a tal punto que aún los más optimistas afirman que “difícilmente a este ritmo entre a un balotaje”.

Esta merma de votantes favorables provocaría también otro gran golpe al actual dueño del sillón de calle 12: que se licúe el poder oficial en un Concejo Deliberante que ya no tendría quórum propio.

Julio Garro, jefe comunal de La Plata.

Se cae Bullrich y crecen sus oponentes

Es cierto que las encuestas son cada vez menos creíbles, pero la tendencia de las mismas marcan, hoy por hoy, una realidad: se cae Bullrich a manos de Milei.

Por eso el oficialismo municipal entiende que es fundamental cuidar la “pecera” ideológica en donde conviven muchos de los que podrían elegir a uno u otro.

Si bien es cierto que el carismático libertario sigue primero en los números, en la ciudad ese crecimiento no se ve reflejado en la figura de aquellos que lo representan, descartándose que otra vez “la diosa tijera” provoque el corte de boleta que le pueda sumar al actual intendente.

Distinta es la historia cuando se mira de reojo lo que Julio Alak pueda provocar con un peronismo que aún no está tan alineado como todos deseaban, pero que sigue mostrando gestión de la mano del gobernador Axel Kicillof.

Lo concreto es que el tema Bullrich le trajo a Garro más de un dolor de cabeza desde el momento en el que se alineó con Rodríguez Larreta en una interna que dejó muchos heridos y no encuentra, hasta aquí, alguna solución a pesar de los cargos repartidos.

Los resquemores provocaron que varios “caciques” decidan jugar a dos puntas, y a la hora de la verdad prefieran sumarse a un grupo libertario con muchos entusiastas pero carentes de experiencia en la gestión.

Julio Alak, postulante de Unión por la Patria.

Sin poder absoluto en el Deliberante

Otro tema muy delicado es, sin dudas, una realidad plasmada en los números recogidos en las PASO: si se repitieran, perdería el intendente el poder absoluto que ha tenido en su último mandato en el Concejo Deliberante.

Es que la ola libertaria impactó de lleno en la configuración del mismo, a tal punto que ingresaría como tercera fuerza al deliberativo, reconfigurando el esquema de poder del mismo.

Actualmente, Juntos por el Cambio tiene 14 concejales y pone en juego 7 bancas, al tiempo que el peronismo cuenta con un bloque de 10 concejales y renovará la mitad.

Si tomamos los números de las PASO, el oficialismo se quedaría con 5 bancas, lo mismo ocurriría para Unión por la Patria, mientras que los dos restantes pasarían a pertenecer a La Libertad Avanza.

El Concejo quedaría integrado con los oficialistas Darío Ganduglia, Florencia Barcia, Nicolás Morzone, Gustavo Staffolani y Melany Horomadiuk ; por Unión por la Patria con Pablo Elías, Micaela Maggio ,Facundo Albini , María Ona Parrilli y Marcelo Galland y por la Libertad Avanza ingresarían María Florencia Defeo y Guillermo Bardón

Encima, los radicales

Claro que aquí no terminaría la preocupación de Garro que, con estos números, perdería su hegemonía y el quórum en el Concejo Deliberante, sino que podría romperse el bloque oficialista si el radicalismo dejara Juntos por el Cambio en caso de no ingresar al balotaje presidencial.

Los boinas blancas saben que quedar afuera de la contienda por la presidencia del país marcaría el final de una alianza que hoy pende de un hilo.

Diferencias que se vieron con claridad por estas horas cuando intendentes radicales tomaron distancia de sus pares del PRO a la hora de establecer el reclamo de un desfinanciamiento del gobierno provincial hacia muchos municipios no oficialistas.

Mientras Garro promovía judicializar el tema de la ley del presupuesto, que es donde se encuentra lo más importante de esta deuda, Suescum, intendente de Rauch, tomaba distancia de la medida colectiva desactivando la misma con el aval de sus pares radicales.

Si a esto le agregamos la “molestia” que causó a la masa radical de la ciudad que se priorice a la hermana de Tetaz por sobre correligionarios muy cercanos al poder municipal, el cóctel luce explosivo y complicado.

Así planteadas las cosas, el intendente Garro se debate en seguir la campaña mirando de reojo a Alak y procurando “pescar” adeptos de aquellos partidos que quedaron en el camino.

Sin embargo, sabe que de seguir en el cargo, ya no habrá poder absoluto y tal vez comience a vislumbrar que, en un futuro no muy lejano, pueda dejar su lugar para ser parte de la próxima elección legislativa.

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