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Argentina
13 de agosto de 2024
LA TECLA PATAGONIA

Ley Ovina: el tiro de gracia al campo del sur

La actividad arrastra problemas estructurales lo que ha derivado en el aumento de abandonos de estancias. Ahora, Nación eliminó la ayuda a los productores y argumentó falta de transparencia

Ley Ovina: el tiro de gracia al campo del sur
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El campo patagónico atraviesa uno de los momentos más duros. Al fenómeno climático que está arrasando con cultivos y animales, se sumó la decisión del Gobierno nacional de derogar la conocida Ley Ovina. El tiro de gracia para liquidar una actividad que viene en franco retroceso y con problemas estructurales que no encuentran solución, más allá de los gobiernos de turno.

La Tecla Patagonia dialogó con referentes del campo en las provincias del sur para conocer en detalle cómo los afecta este cambio y cuáles son los principales problemas que deben enfrentar. 

La Ley 25.422 para la Recuperación de la Ganadería Ovina, fue sancionada en 2001 y promulgada en 2003 y con varias modificaciones estuvo vigente hasta que el Congreso finalmente aprobó la Ley Bases.

La norma fue creada para lograr la adecuación y modernización de los sistemas productivos ovinos y de esta manera permitir la sostenibilidad a través del tiempo. Comprendía la explotación de la hacienda ovina que tenga el objetivo final de lograr una producción comerciable ya sea de animales en pie, lana, carne, cuero, leche, grasa, semen, embriones u otro producto derivado.

Además, se establecía un Fondo para la Recuperación Ovina destinado a ayudar a paliar la problemática de los productores y al pago de sus proveedores. La decisión fue formalizada en el Boletín Oficial a través de la resolución 650 de Economía.

 “Se ha decidido cerrar el Fondo Fiduciario para la Recuperación de la Actividad Ovina (FRAO). Este fondo manejaba 3000 millones de pesos por año sin ningún tipo de transparencia. Desde su creación (hace ya más de 20 años) tampoco se pudieron verificar mejoras en el sector”, sostuvo el vocero presidencial Manuel Adorni. 

Cuadro de situación

El mapa actual de la distribución de la actividad refleja una predominancia en la región patagónica como eje central. Mientras, en otras latitudes, el ovino es solo complemento de la ganadería vacuna o de la agricultura.

En muchos casos, los productores tienen pequeñas majadas que van desde el autoconsumo a la comercialización a pequeña escala. Por lo general,  se trata de estancias familiares que van pasando de generación en generación.

La actividad ha sido castigada a lo largo de los años por las cuestiones ambientales, como los procesos de erupción de volcanes como el Hudson, Chaitén y Puyehue; la desertización;  los depredadores y los embates de grandes nevadas, entre otros. 

Los productos de lana y carne ovina también han sido golpeados por los precios internacionales, lo cual ha condicionado su crecimiento a nivel local.

Esta situación ha derivado en el abandono de campos sobre todo en las zonas más australes donde los costos se incrementan y la actividad se torna insostenible.  

Una reciente encuesta realizada por el INTA en Santa Cruz sintetiza el estado de abandono de grandes extensiones de tierras, que ya ni los productores logran dominar y que vuelven a estados primitivos. En el trabajo “Percepción sobre el impacto de la depredación y el desempeño de métodos para su mitigación en sistemas ganaderos de Santa Cruz”, el 96,4% de los productores reportó haber sufrido pérdidas de ovinos debido al zorro colorado y el 77% por ataques del puma.

A pesar de esto, la importancia de la región en la actividad sigue siendo predominante. Actualmente existen cerca de 12 millones de cabezas de ganado ovino en el país, de las cuales cerca de 7 millones están en la Patagonia, casi un 60% del total. En cuanto a los números de la lana, en la región se concentra el 72% de la producción nacional.
En el contexto de una crisis climática sin precedentes y una política económica inestable sostenida a través del tiempo que ha llevado a la descapitalización del sector, la derogación de la ley es un golpe muy duro para la región.

Los montos del fondo en cuestión estaban muy lejos de ser una ayuda real y concreta para el pequeño productor, pero representaban un estímulo. Los números del último año reflejan un promedio de 33 mil pesos por productor o 45 pesos por animal. Además, que el 90% de los proyectos aprobados eran préstamos, no subsidios. 

Como si fuera poco, este año el atroz temporal de frío y nieve matará a la mitad de los animales de acuerdo a las previsiones realizadas desde las provincias australes. Nación ha declarado la emergencia climática en la región al igual que las administraciones locales, pero las ayudas todavía no se han materializado en algunos casos y en otros resultan insuficientes ante una situación compleja de por sí y agravada por la cuestión climática.

Desde las entidades rurales del sur sostienen que es imperioso discutir el regreso de la Ley Ovina, pero además buscar mecanismos de apoyo que sean viables y sostenibles. Piden políticas claras para los dos principales problemas que enfrentan, los depredadores y el diferencial de cambio. Y mientras tanto, aseguran que sin algún tipo de compensación,  la actividad se perfila a la extinción.

“Es un pecado y refleja un gran desconocimiento”

La Federación de Industrias Agropecuarias del Sur (FIAS) advirtió sobre las graves consecuencias que tendrá en el campo patagónico la eliminación de esta norma. "Su derogación es un pecado que, de no corregirse, puede acarrear efectos devastadores en la actividad", señalan. La organización denuncia que la justificación para archivar la ley refleja un desconocimiento profundo de la realidad territorial y de cómo esta herramienta ha sido fundamental para el crecimiento del sector ovino en el país.

Cecilia Larminat - Presidente Sociedad Rural de Neuquén
“A nivel macro necesitamos políticas comerciales estables” 


La presidenta de la Sociedad Rural de Neuquén, Cecilia Larminat se refirió a la decisión nacional de derogar la Ley Ovina.  “Desde la implementación de la misma, se generaron diversos proyectos que apuntaron a mejorar las condiciones de producción, en muchos casos con impactos positivos y en algunos otros sin un impacto cuantificable. Se han logrado grandes mejoras en lo que respecta a comercialización y puesta en valor de lana, no así en la cadena cárnica”.

En este sentido agregó: “En lo referido a la producción textil se ha mejorado cualitativamente a través de financiamiento para la adquisición de reproductores de genética mejoradora e impulso de producción de reproductores localmente, financiamiento a comparsas de esquila, logrando ampliar la cantidad prestadores de servicios y que los mismos dispongan de equipamiento adecuado para el desarrollo de la actividad. En lo que respecta a comercialización, principalmente de lana, se ha venido trabajando fuertemente en licitaciones/ventas conjuntas de lana, logrando transparencia y formalidad comercial de muchos productores”.

Con respecto la necesidad de buscar alternativas para sostener la actividad, Larminat indicó: “Podrían ser,  lograr un mayor valor agregado en origen, ya sea a través de certificaciones del producto, por un trabajo diferencial del mismo; la utilización de herramientas de protección activa no letal contra depredadores; mejorar la eficiencia de producción primaria, a partir de la toma de registros y disponer de herramientas de toma de decisiones a los productores.. A nivel macro, contar con políticas comerciales estables”.

Osvaldo Lujan - Presidente Federación Rurales de Chubut
“Había que actualizarla, pero no aceptamos el argumento nacional”


“La Ley Ovina tiene su origen desde hace más de 20 años. En su momento se fijó el monto de 20 millones de dólares, lo que significarían hoy 20 mil millones de pesos de los cuales en la última distribución a Chubut le tocaron 159 millones de pesos. Es una herramienta financiera que se creó como ayuda a un sector que viene muy castigado, por muchos motivos, pero los valores que establecía la Ley eran irrisorios”, explicó el dirigente. 

“Estamos teniendo charlas con la secretaría de Agricultura para ver la posibilidad de implementar una política en lugar de la ley ovina, algún otro tipo de herramienta financiera como apoyo para el sector. Lo que sí molestó al sector fueron los argumentaron que usaron desde el Gobierno para dar de baja la ley. No aceptamos las declaraciones del vocero Manuel Adorni que alegó falta de transparencia. Es mentira porque le ley tenía establecido un mecanismo bastante concreto donde participaban el sector público y el privado. No había intermediarios, esos fondos iban directo a los proveedores. El mecanismo era claro y transparente, por lo tanto, no aceptamos la justificación de la baja de la Ley Ovina”.

Respecto a la realidad de la actividad, Luján indicó: “Veníamos con una situación muy grave que empeoró mucho más con la situación de la emergencia climática. Necesitamos generar alguna herramienta financiera para apoyar a los productores; tenemos que trabajar también en el diferencial de cambio. Todo esto ha provocado en parte el abandono de campos, es un círculo vicioso. Seguimos en conversaciones para generar herramientas mucho más con las pérdidas que estimamos que no serán menores a 12 mil millones de pesos por la situación climática”, culminó. 

Martín Doñate - Senador nacional Frente de Todos Río Negro
“El Gobierno Nacional muestra otra vez que desconoce a la Patagonia”


“El impacto es negativo y devastador afecta directamente a productores, familias rurales e impacta negativamente en el sostenimiento de las majadas ovinas. Dar de baja el fondo demuestra un desconocimiento total de cómo funcionan las provincias patagónicas con respecto a la ganadería ovina. Producir ovinos en un clima hostil necesita coordinación, financiamiento y trabajo multiactoral. Todo esto contemplaba la ley ovina”, indicó en diálogo con este medio el senador nacional.

En este sentido agregó: “Esto genera que se ponga en riesgo el trabajo de más de 20 años que no solo se ve reflejado en instalaciones, mercados, sino también en destrucción de la genética ovina que recuperarla es un trabajo continuo de no menos de 10 años. Es de una irresponsabilidad enorme dar de baja un programa sin tener en marcha otro superador. Producimos lana fina y para competir se necesita genética de calidad, instalaciones, créditos y un Estado que contemple a todos los actores del circuito ovino”.

Tras realizar una descripción del cuadro de situación de la actividad en la región, Doñate apuntó contra la administración nacional que conduce el presidente Javier Milei: “Otra vez el gobierno nacional muestra un desconocimiento de la Patagonia, llegan a esta afirmación sin una auditoria, sin conocer a los actores y en medio de una de las peores crisis climáticas que golpearon al sector ovino”.

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