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Jueves, 26 diciembre 2024
Argentina
30 de septiembre de 2024
ANALISIS

Una discusión pública degradada y el riesgo sobre consensos democráticos

La socióloga, profesora universitaria y científica del Conicet, Ana Castellani, habló con La Tecla sobre la crisis que atraviesa la dirigencia política. Asimismo, puso el foco también en la sociedad.

Una discusión pública degradada y el riesgo sobre consensos democráticos
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La socióloga, profesora universitaria y científica del Conicet, Ana Castellani, dialogó con La Tecla sobre el estado de situación de la dirigencia política y los debates públicos. En ese sentido, indicó que “diferenciaría la dirigencia política de las fuerzas de partidos más tradicionales como el radicalismo, el peronismo, el PRO y sus alianzas, de La Libertad Avanza, que es una fuerza política muy nueva constituida con outsiders, o sea, liderada por un outsider y constituida mayoritariamente por gente que no viene de la política”. 

En cuanto a la degradación del sistema político, consideró que “esa dirigencia política que hoy está a cargo del Estado y tiene participación en el sistema político, es una nueva fuerza, pero que imprime una marca distinta a los procesos de degradación que uno pueda identificar en partidos más tradicionales, como el peronismo, el radicalismo o el PRO.  Esas características de esos partidos más tradicionales vienen de un proceso de más larga data, desde la farandulización de la política en los 90, con el nivel de corporativismo que tienen”.

Asimismo, aseguró que “el mismo Presidente, como outsider de la política, empieza a marcar el tono de la discusión pública que claramente está completamente degradada y hace que se ponga en riesgo lo más elemental del sistema del régimen democrático, que es empezar a imaginar al adversario político como un enemigo a eliminar”. 

“Hay algo que es muy tradicional del sistema político argentino, que es el antagonismo, que se consolidó a través del conflicto con el campo en el 2008, entre dos grandes miradas, pero que tiene raíces previas en lo que serían las identidades peronistas y antiperonistas. Eso ya había tenido en la historia argentina una marca muy peligrosa de eliminación del otro”, añadió. Entonces, analizó,  “sobre esos antagonismos hay una ilusión de que para que el país funcione el otro tiene que dejar de existir”

Más adelante, Castellani sostuvo que “estamos tocando umbrales, se va bajando cada vez más la vara de la tolerancia política y del buen sistema de gobierno de un sistema democrático, que requiere que la oposición sea oposición, el oficialismo sea el oficialismo y que a veces vayan conjuntamente y otras marquen diferencias. Pero si el discurso oficial, con los recursos del Estado, con los 37 cargos de estructura que tiene Adorni, es horadar la democracia, la política y el funcionamiento de las instituciones, eso tiene un correlato indiscutible en la porción de la sociedad que todavía no encuentra soluciones y que va a empezar a descreer cada vez más. Está el riesgo de que vuelva a preferir que se lo venga a resolver alguien por afuera de la democracia”.

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