La cantidad de partos cae año tras año en la provincia de Buenos Aires. En 2024, por primera vez, la cantidad de fallecidos es mayor que la de alumbramientos. Las consecuencias a futuro

Cuando la parca supera a los nacimientos

Las estadísticas de las Naciones Unidas destacan que, en muchos países, la fecundidad ha disminuido notablemente en las últimas décadas, y Argentina no es la excepción. Dos tercios de la población mundial vive en un área donde la fecundidad es inferior a 2,1 hijos por mujer. Con la extensión de la expectativa de vida, el mundo va hacia un envejecimiento poblacional.

“En la Ciudad de Buenos Aires mueren más personas de las que nacen. Esto empezó a pasar a partir de 2019, y desde entonces esos indicadores se muestran cada vez más alejados. Tenemos un déficit vital similar al de otras grandes ciudades del mundo”, dijo en la red social X la Vicejefa de Gobierno porteña, Clara Muzzio. El fenómeno alcanzó también a la provincia de Buenos Aires y en lo que va de 2024, por primera vez, los partos son menos que los fallecimientos.

Según el Registro de las Personas provincial, este año ya hay casi 11.000 muertes más que nacimientos. Incluso, durante la crisis del Covid, cuando los decesos dieron un salto, nunca habían superado a la llegada de bebés, como sucede en la actualidad.
Tras la pandemia, que costó muchas vidas en 2020, 21 (récord) y 22, en 2023 los fallecidos volvieron a la media de la segunda década del siglo. Pero la baja de nacimientos sigue en picada. Desde 2015 hasta 2023, el comparativo de natividad interanual cayó, en promedio, en 13.500 bebés por año.

“Los expertos no se ponen de acuerdo sobre las razones, y desde hace años los gobiernos no aciertan con las medidas para promover nacimientos. Hasta ahora, ha fallado casi todo: plata, facilidades, vacaciones, licencias, incentivos de todo tipo. Nada tuvo un efecto relevante” escribió Muzzio.

El sociólogo Daniel Natapof opinó que la política debiera poner el foco en el problema, porque “detrás hay factores económicos muy importantes. Está de por medio la reducción de la fuerza laboral, que luego conlleva a un problema previsional”.

“Lo central sería que el Estado argentino pueda encarar una dirección, con un consenso mínimo de las diferentes fuerzas políticas, y decir estratégicamente hacia dónde vamos. Esta temática va a afectar a todos los gobiernos que vengan, sean del signo político que sean. Sería razonable que digan ¿qué hacemos con el tema previsional?, ¿qué hacemos con la situación de la natalidad? Eso tiene que ver con poder definir algún tipo de proyecto de país, aunque luego tenga matices entre el rango de la izquierda y el de la derecha, pero no lo hemos logrado como país en ningún momento”, sentenció el sociólogo.

Aumento de casamientos
Contratendencia: el matrimonio sigue siendo una institución fuerte

Contrariamente a lo que se cree, de que la convivencia ya no se plasma tanto en los papeles como antes, los casamientos han tenido en los últimos años una tendencia alcista. Con excepción de la pandemia del Covid, que redujo drásticamente el paso por el Registro Civil en 2020, la tasa de casamientos subió exponencialmente tras la salida de la crisis sanitaria.
El récord para los últimos diez años se produjo en 2022, superándose las 58 mil alianzas, con una leve baja el año pasado pero por encima del nivel histórico, que promedia entre 43 mil y 48 mil uniones matrimoniales.

En cuanto a los matrimonios igualitarios la tendencia es la misma, con un récord que superó los 1.200 casamientos en 2022, y una caída notoria por efectos de la pandemia en 2020. En todos los registros anteriores los “sí” entre personas del mismo sexo crecieron año a año.

Por Daniel Natapof (Ex pte. de la Asociacion de Sociologos)
Motivos concurrentes que empujan a los jóvenes a no tener hijos

La baja de la natalidad es un tema que se viene trabajando desde hace tiempo. Es una tendencia que se observó primeramente en los países que llamamos desarrollados. Se empezó a dar en forma muy fuerte en Europa y empieza a ocurrir en países como el nuestro.
Hay varios motivos que son concurrentes. Uno es el alcance del proceso educativo. La educación, incluida la educación sexual, combinada con el alcance masivo de los métodos anticonceptivos, colabora con que las personas sepan y tengan más conocimiento de cómo evitar embarazos o preservarse en sus relaciones sexuales. Otra cuestión muy importante es todo el proceso por el cual, desde hace mucho tiempo, los mandatos sociales, e incluso religiosos, se vienen erosionando.

Hoy es inconcebible para la mayor parte de la población de occidente el mandato bíblico de no derramar semen en vano. Y a nivel social también. Antes, socialmente una pareja que no tenía hijos era mal vista. Eso hoy no ocurre.

Por otra parte, hay una cuestión relacionada al modo de vida, con una perspectiva que se afianza en la modernidad y con el capitalismo, que es una perspectiva individualista en la cual se torna central para hombres y mujeres desarrollar su vida, su carrera. Y los hijos, en ese sentido, para mucha gente se vuelven un obstáculo. En el marco de una cultura crecientemente individualista, en los sectores medio y medio altos hay rasgos de hedonismo en muchos aspectos.

También está el tema de costos, porque tener hijos implica costos económicos, dedicación, tiempo y responsabilidad. Hay que atender lo que implica hoy en Argentina el costo de tener una familia. Cada vez somos más conscientes de que los niños tienen que ir a la escuela, y en lo posible tratar de mandarlos a un colegio privado; si podés, la cobertura médica privada; las actividades extraescolares; la vestimenta. El costo empieza a ser un tema de mucho peso. Es normal que las parejas jóvenes lo tengan en cuenta y lo calculen. Hoy un chico joven empieza a pensar cómo va a hacer para comprarse un monoambiente y con un sueldo promedio es imposible; en toda su vida no lo va a poder hacer.

Durante la mayor parte de la historia de la humanidad, tener un hijo era un mandato social, religioso, y los hijos se tenían. Después uno se ajustaba y se arreglaba. Hoy, de alguna manera, hay una mayor conciencia de las implicancias que tiene todo eso, entonces es normal que muchos jóvenes digan si soy responsable y no voy a poder hacerme cargo opto por no tenerlo.

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