Pese a tener una ley de protección animal con más de 50 años, aún en Argentina se habla de tracción a sangre y faena equina. La dura tarea de rescatar y proteger en toda la Provincia.

Hablar de “carreros” o de “carros tirados por caballos” para fines comerciales parecieran ser frases cercanas a una época medieval, a tiempos pasados. Sin embargo, en pleno 2025, son prácticas que aún conviven en nuestra cotidianeidad. Desde los organismos que se dedican al rescate y protección de equinos, tanto independientes como públicos, ubican como principal obstáculo para abolir este método la falta de reglamentación en los distritos donde se aprobó una ordenanza, o de legislación en aquellos donde falta. Sucede que, si bien existe la ley 14.346 que protege la integridad de los animales, la tracción a sangre equina es casi una costumbre en una sociedad “que se ha construido con caballo”, como señalaron desde la Asociación Contra Maltrato Animal (ACMA). De esta manera, reglamentar las ordenanzas en cada municipio puede resultar un incordio para aquellos alcaldes que quieren esquivar conflictos con su comunidad. Al mismo tiempo, si bien hay una veintena de distritos con ordenanzas para erradicar la TAS en donde no se respeta, hay casos de éxito o de comunas que van camino a su abolición. Por mencionar un caso, Ezeiza es ejemplar para toda la provincia de Buenos Aires.

Además de la prohibición, desde el municipio han desarrollado un programa de intercambio voluntario de caballos y carros por una moto con la cual impulsar el carro. Por otro lado, el rescate de los equinos se transforma en una tarea titánica cuando se toman en cuenta el resto de los factores que son necesarios para garantizar al animal una vida digna. Muchas veces, al llegar a las manos los rescatistas o los veterinarios municipales, los caballos se encuentran en condiciones pésimas de salud, desde fatiga extrema, hasta heridas o infecciones por las condiciones insalubres en las que deben transitar. Suele ser muy común que contraigan enfermedades como la leptospirosis, el hantavirus y la hepatitis, las cuales de no ser tratadas a tiempo pueden ser mortales.

“Son caballos que llegan con un hilo de vida, porque van tirando del carro, recargados, animales que no descansan, no comen, cuando caen exhaustos, o los golpean para que se vuelvan a parar, o los desenganchan del carro, se llevan al carro y dejan al caballo tirado”, explicaron desde una ONG. Según datos de la Superintendencia de Seguridad Rural, entre enero y noviembre de 2024 hubo 40 denuncias por maltrato animal, una caída del 4,8% interanual. Luego de la atención veterinaria, los equinos suelen ser refugiados en santuarios para estos animales.

El caso de la Asociación Contra el Maltrato Animal quizás sea uno de los más resonantes. Ellos desde hace 10 años rescatan caballos pero hace poco más de un año estuvieron por perder el campo donde tenían a los animales. Actualmente, se encuentran en San Vicente donde administran dos campos en los que albergan a 220 animales. Además de los de ACMA, actualmente en la provincia de Buenos Aires coexisten más de un santuario donde van a parar aquellos equinos que tienen la suerte de sobrevivir el maltrato de los carreros. En la ciudad de General Rodriguez existe Paraíso Anima, un espacio que contiene a 860 animales rescatados, de los cuales 20 son caballos.

En pleno Conurbano, está Caballos de Quilmes quienes tienen un refugio que alberga a 140 internados, “muchos de ellos de mediana y alta complejidad”. En zona oeste trabajan Voluntarios por los Caballos, a quienes les llegan de todo el territorio bonaerense, y tienen más de 100 ejemplares a su cuidado. A su vez, en La Plata Caballos en Libertad se encarga de la “protección, cuidado y rescate” y, al momento, tienen 10 equinos en tratamiento. Para dar cuenta de la magnitud, y el maltrato diario que sufren estos animales, solo entre Caballos en Libertad y Caballos de Quilmes suman casi 1.500 rescatados. Si bien la concientización social es un objetivo, desde las organizaciones protectoras coinciden en que hay un actor que debe tomar cartas en el asunto: la política. Hasta que no entre en su agenda no habrá abolición ni descanso para los caballos.

Karina Dotto – Directora de “Caballos de Quilmes”

El caso de Quilmes, y su proceso hacia la abolición de la tracción a sangre, quizás sea uno de los más ejemplares para el resto de la Provincia. Este distrito, a partir de la Ordenanza Municipal 11.840/12, es una de las ciudades pioneras en prohibir la tracción a sangre equina. Una ordenanza votada casi por unanimidad en el año 2012, e impulsada por insistencia del proteccionismo con el objetivo de terminar con este sufrimiento para los animales. Sin embargo, al día de hoy, se continúan rescatando animales de las manos de los carreros al no estar reglamentada la prohibición. Respecto a esto, la directora de Asociación Civil Caballos de Quilmes, Karolina Dotto, comentó que la tracción a sangre animal es “un flagelo que hace décadas se viene visibilizando, sobre todo en el ambiente animalista”. En la misma línea, señaló que, si bien Quilmes fue de los primeros distritos en tener una ordenanza contra la TAS, “quedó en simple anécdota al no ser reglamentada”. En relación a las “aristas” que hacen a esta problemática, precisó que “no sólo es maltrato y explotación animal ,sino precarización laboral del carrero, trabajo infantil, utilización de autopartes en el carro, etc”. De ahí el nacimiento de esta ONG, una asociación civil sin fines de lucro que comenzó a “mostrar el horror” y las muertes de caballos que “a diario yacían en la calles atados a los carros”. Por último, Dotto remarcó que la práctica de la tracción a sangre animal ha tomado tenor de “costumbre social”.

Argentina sin TAS

Argentina sin TAS trabaja a lo largo y ancho del país para poner fin a la tracción a sangre animal, una problemática que no se detiene. Al mismo tiempo, tiene su pata en la Provincia con Buenos Aires sin TAS, una organización que comenzó en 2020 con la unión de asociaciones, ciudadanos y protectoras de caballos en contra del maltrato animal. Actualmente, esta red está integrada por personas de los 135 municipios, con el objetivo de poner fin a las TAS a partir de políticas públicas. Desde Argentina sin TAS, precisaron que las tres patas de la reconversión ética y real de la tracción animal son: fecha de abolición, censo y reconversión de la actividad y destino de libertad para los caballos recuperados. En relación a estos tres ejes, indicaron que “son puntos obligados para que la reconversión sea exitosa y no una mera charlatanería insostenible e inútil”. A su vez, desde la ONG apuntan hacia una sustitución de los carros por vehículos de recolección para que, de esta manera, los trabajadores y recolectores tengan beneficios laborales, respeto social y reconocimiento económico. Con un mensaje destinado a “la clase política”, desde el organismo reclaman que arbitren los medios legislativos necesarios para sustituir definitivamente la tracción animal. “Se requiere un abordaje interdisciplinario, donde confluyen aspectos socioeconómicos, ambientales y jurídicos”, precisaron. “Los intendentes desoyen el clamor ciudadano contra la tracción animal”, advirtieron.

Claudia Larese – Comisión directiva de ACMA

En diálogo con La Tecla, Claudia Larese, miembro de la comisión directiva de la Asociación Contra Maltrato Animal (ACMA), detalló que desde la ONG le dan una segunda oportunidad a esos caballos que “cuando están quebrados, lastimados, que ya no sirven más, se los sacrifica”. En la misma línea, agregó: “Son caballos que la mayoría de las veces llegan con hilo de vida, porque van tirando de carros muy pesados, se sabe que tienen mucha fuerza pero a la vez son muy frágiles”. Creada en 2010, ACMA tiene como objetivo abordar la realidad de los caballos en estado de indefensión. En este sentido, Larese destacó que gracias a esta trayectoria han ganado “muchísimos seguidores”, lo que les permite recibir y dar atención a múltiples denuncias de personas que se contactan a través de sus redes. En relación al protocolo de abordaje, Larese explicó que primero se asesora a la persona pero que, antes de proceder, se necesita una denuncia legal en la comisaría para avanzar con su rescate. “Muchas veces cuando se los abandona, no sabemos la procedencia del caballo, ni sabemos quiénes son los dueños, que tampoco se quieren meter en un proceso legal. Por otro lado, hemos tenido casos que han reclamado caballos que llegaron moribundos y cuando los ven llenos de vida, los reclaman nuevamente”, explicó. Su santuario en San Vicente tiene un equipo veterinario, con guardias de 24 horas, cámaras de monitoreo y serenos. Otro campo se encuentra en Castelli, para aquellos caballos que tienen el alta.

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