15 de septiembre de 2025
INVERSIONES
El Gobierno busca financiamiento privado para obras eléctricas clave
La administración de Javier Milei estima en 6.500 millones de dólares la inversión necesaria para ampliar redes de alta tensión y garantizar el suministro en picos de demanda. El costo se trasladaría a las tarifas de los usuarios.

El Gobierno nacional avanza en la definición de un esquema de obras estratégicas para reforzar el sistema eléctrico y evitar los cortes de suministro durante los períodos de mayor consumo. Según cálculos oficiales, se requieren al menos 6.500 millones de dólares para ampliar las redes de alta tensión y fortalecer el transporte de energía mayorista.
La Secretaría de Energía, a cargo de María Tettamanti, identificó tres proyectos prioritarios: la línea de 500 kV Río Diamante–Charlone–O’Higgins (Cuyo), la ampliación de la línea Puerto Madryn–Choele Choel–Bahía Blanca (Patagonia) y una nueva estación transformadora en Plomer, junto con más de 500 kilómetros de líneas de alta tensión entre Ezeiza, Vivoratá y Atucha, en el Área Metropolitana I.
La principal dificultad para avanzar ha sido la falta de financiamiento. En este contexto, el Ejecutivo impulsa un esquema similar al programa de Participación Público Privada (PPP) utilizado durante la gestión de Mauricio Macri. El plan prevé que las obras se concreten con capitales privados, que luego se recuperarían a través de un cargo adicional en las tarifas eléctricas.
De esta manera, los usuarios enfrentarían incrementos en sus facturas para cubrir la inversión necesaria que permita sostener el sistema y reducir el riesgo de apagones en los picos de consumo.
El propio Gobierno reconoce, en documentos públicos, que existen “deficiencias estructurales en redes de alta y media tensión, cuyas ampliaciones no han acompañado el crecimiento de la demanda”, y advierte que la falta de inversiones compromete la confiabilidad del servicio.
En los últimos diez años, la demanda eléctrica creció un 26%, mientras que solo se incorporaron poco más de 1.200 kilómetros de líneas de alta tensión, apenas una cuarta parte de lo sumado en la década anterior.