3 de diciembre de 2025
RECESION
El parate más largo del año: Peugeot congela la producción en su planta bonaerense
El adelanto de vacaciones y la detención por más de un mes de la planta de Peugeot en El Palomar expone el parate industrial que atraviesa la provincia de Buenos Aires: ventas en baja, exportaciones estancadas y una cadena autopartista en alerta ante un freno productivo que ya golpea al empleo.

La decisión de Peugeot de adelantar las vacaciones y suspender la producción durante más de un mes en su planta de El Palomar volvió a encender todas las alarmas sobre el parate industrial en la provincia de Buenos Aires. La terminal informó a los trabajadores que retomarán sus actividades recién el 5 de enero, en un contexto donde las ventas locales y las exportaciones muestran un enfriamiento más profundo del previsto.
Dentro de la fábrica circula que la medida se presentará como un período destinado a “acciones de mantenimiento”. Sin embargo, la duración del cese productivo —cinco semanas completas— se aleja de cualquier cronograma habitual y genera dudas sobre el verdadero horizonte de la planta.
La preocupación se amplifica porque El Palomar es una de las fábricas más importantes de la producción automotriz bonaerense, donde se ensamblan modelos de Peugeot y Citroën y dependen cientos de proveedores autopartistas. El parate prolongado amenaza con irradiar efectos sobre la cadena laboral y logística en toda la región.
El contraste con la otra planta de Stellantis, ubicada en Córdoba, resulta aún más notorio. Allí, donde se producen vehículos de Fiat y Ram, la licencia comenzará recién el 15 de diciembre, siguiendo un calendario más tradicional. La diferencia entre ambos cronogramas expone que la mayor presión del ajuste productivo está recayendo sobre la operación bonaerense.
Los números del mercado confirman el problema. En noviembre, los patentamientos cayeron 3,6% interanual y se desplomaron más de 30% respecto de octubre. Para sostener el nivel de ventas, las terminales debieron recurrir a fuertes descuentos que comprimieron márgenes y sumaron tensión financiera a un sector ya golpeado por tasas altas y exportaciones estancadas.
Con menor rentabilidad y un consumo que no repunta, varias automotrices comenzaron a ajustar turnos, frenar líneas y revisar sus niveles de producción. En este escenario, el adelanto de vacaciones aparece como una señal de prudencia empresarial, pero también como un mensaje inquietante para los trabajadores, que temen suspensiones o recortes en el corto plazo.
Desde las autopartistas remarcan que la empresa también mencionó dificultades en el abastecimiento de motores y componentes, recordando que la planta ya había detenido su actividad durante dos semanas en noviembre. Pero distintas fuentes coinciden en que el factor determinante es otro: la necesidad de adecuar stocks frente a una demanda que cayó más rápido de lo previsto y que mantiene a la producción bonaerense en pausa.