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Viernes, 27 diciembre 2024
Argentina
21 de enero de 2010
CONTRATADO POR TV ESPAñOLA

El hijo de Zin retrata la pobreza argentina

El menor de la familia Zin regresó a Buenos Aires, contratado por la Televisión Española para documentar la delincuencia juvenil y la violencia del delito. Padre e hijo hablan de su relación, la política y la pobreza

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Alejado de la gestión, el ex ministro de Salud bonaerense Claudio Zin descansa por estos días, luego de dejar la cartera de Daniel Scioli en diciembre pasado. Aunque el médico también vive horas de felicidad, debido a que disfruta de la visita de su hijo Hernán, un reconocido documentalista, corresponsal de guerra y director de la productora Contra Media. Es que el menor de la familia Zin llegó a la Argentina para retratar la violencia que se desató en el país con el avance de la inseguridad, sobre todo en la provincia de Buenos Aires.

Desde hace un mes el cineasta recorre cárceles, barrios y villas de emergencia para hablar con los protagonistas y las víctimas del delito. Una de sus últimas entrevistas fue a la madre de Santiago Urbani, el chico de 18 años que fue asesinado en Tigre el año pasado. A raíz del caso de Fernando Cáceres, la televisión española decidió filmar aquí y documentar la violencia en la delincuencia, como así también las vidas y relatos de “los pibes chorros”. Las crudas imágenes de la delincuencia juvenil y los conmovedores relatos de los familiares de las víctimas quedarán retratados en un documental que se emitirá durante este año en España.

A Zin hijo aún le resta un mes más de rodaje en el país, en el que visitará varios lugares del Conurbano. Luego vendrá la posproducción del documental, que también se realizará en Argentina.

Tanto Hernán como el ex ministro charlaron con La Tecla sobre la profesión del menor de los Zin, de la realidad politico social del país y de lo difícil que es documentar las historias de guerra.

Claudio Zin también habló del miedo que siente cuando su hijo realiza corresponsalías en zonas de conflictos, de su relación a la distancia y del orgullo que siente como padre.
“Estos chicos que salen a matar son los hijos del ajuste estructural, del menemismo, etcétera”, dice Hernán, y recuerda que cuando se enteró de que su padre iba a ser designado ministro provincial le dijo: “Vos no sabés dónde te estás me-tiendo, tené cuidado”.

Ambos cuentan cómo se relaciona la pasión por el cine, la familia y la política en la familia Zin.
-¿Cómo surge la posibilidad de venir a filmar a la Argentina?
-A raíz del caso de Fernando Cáceres hubo mucha sorpresa en España por estos niveles de violencia gratuita. He venido a investigar qué ha pasado durante veinte años en Argentina, cómo se ha llegado a este nivel de impunidad, de
chicos que salen a matar, de algo que se convirtió en cotidiano, cuando antes no lo era.

-¿Cuáles fueron los municipios o barrios que caminaste?
-Estuve en Fuerte Apache, Ciudad Oculta, Isla Maciel, y aún me queda un mes más de rodaje.

-¿Qué fue lo que más te llamó la atención en tu recorrida por retratar la violencia y la delincuencia argentinas?
-Me encontré con lo que esperaba, aunque sea muy triste; encontré fue muchos jóvenes armados. No me sorprendió porque vengo de pasar seis meses de conflicto. Estuve por Somalía, Ugarte, Sudán y Congo. No me sorprende la violencia, pe-ro sí la facilidad con la que matan los jóvenes, la falta de códigos, que se haya perdido todo tipo de respeto a la vida.

-¿Esa fue la diferencia que encontraste entre la Argentina antes de tu partida y de este regreso?
-Yo me fui a principios del menemismo. Esto se venía venir, se veía la destrucción del tejido social en un futuro, y hoy se pagan las consecuencias. Estos chicos que salen a matar son los hijos del ajuste estructural, del menemismo, etcétera. No tienen códigos, como tampoco tienen códigos los que remataron el país. Esa es mi humilde opinión.

-¿Alguna anécdota que te haya conmovido o sorprendido felizmente?
-Me conmovió profundamente el encuentro con las víctimas. Estuve con la madre del chico asesinado en Tigre, con la familia de Cáceres. Eso me conmovió, más allá de que estoy acostumbrado a entrevistar personas que le matan a familiares, como en Gaza, donde vi cientos de muertos. Pero cuando entrevistás a las víctimas y te das cuenta de la brutalidad con la que destruyeron su vida, te conmueve. También me sorprendió Fuerte Apache. Entrar ahí es una película, es casi como entrar en Bagdad: no sabés lo que va a pasar. Los niveles de violencia te sorprenden.

-¿Cómo es transitar la vida y apostar a eso pero a su vez documentar la muerte?
-Estas situaciones tan extremas te sirven para ver tu propia vida en blanco y negro. Valorás lo bueno que tenés y tra-tás de cambiar lo malo porque llegás a la conclusión de que la vida es efímera, y como persona ponés los pies sobre la tierra.

-¿Cómo sobrellevás el contacto y compromiso con las víctimas?, porque las historias son muy fuertes.

-He presenciado escenas muy dramáticas, como en Palestina, donde ves pilas de niños muertos y llegás a la noche y llorás. Con los años uno se va curtiendo, y tratás de escribir y contar, pero sin que las emociones te ganen porque, además, no le sirve verte deshecho al que está sufriendo. El que te va a escuchar tiene que ver en uno cierta solidez, para que haya un diálogo.

-¿Qué es lo que más te cuesta a la distancia?
-La soledad es lo más complicado de esta profesión, porque al ir cambiando de escenario todos los meses te encontrás solo, y muchas veces con un material humano muy duro. Pero al mismo tiempo, a través de internet y las tecnologías, tengo muchos amigos que valoran tu trabajo y tu persona.

-¿Existe la posibilidad de entrevistar al gobernador Scioli por la delincuencia juvenil y la violencia?
-No va a haber entrevistas a nivel político porque no suelo trabajar de esa ma-nera. El documental es más atemporal y no es contra el poder político. La idea es reflejar una situación que viene desde años y ponerla en un contexto para explicarle a España qué ha pasado en los últimos años, que el país se ha desbarrancado de esta manera. Que hoy esté o no Scioli es algo más anecdótico, y nosotros buscamos un análisis más de fondo, una visión más amplia.

-¿Cuáles son las diferencias que percibís entre Argentina y España?

-Hace once años que vivo en España y ha sido curioso ver cómo un país progresaba y otro decaía, al mismo tiempo. Mientras que España ha hecho treinta años de una transformación extraordinaria, Argentina tuvo treinta años donde se hundía en el desorden, el caos y la miseria. He visto una Argentina que fue fragmentándose y perdiendo valores; esto es muy duro. En España hay un pacto so-cial entre los gobernantes y los gobernados, y acá se ha roto. Esto es un sálvese quien pueda. Hemos perdido los códigos y el camino.

-Entonces, ¿qué pensaste y qué le dijiste a tu papá cuando te enteraste de que iba a ser ministro de Salud de la provincia de Buenos Aires?

-(Risas) Le dije que no sabía dónde se estaba metiendo, que tuviera cuidado. Igual, estoy convencido de que lo hizo con mucho idealismo.

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