11 de febrero de 2012
MIRAMAR
Una planta de efluentes bajo la lupa
La empresa Coarco SA recibió de la Nación una partida de $ 43 millones para la realización de una planta de efluentes cloacales. Seis meses después de finalizada la obra, se constató en la construcción un gran estado de abandono. El vivero Dunícola de Miramar, otra vez perjudicado
El 10 de junio de 2010 en el partido de General Alvarado fue anunciada con bombos y platillos por el intendente Patricio Hogan una obra significativa y trascendental para la ciudad. La tan ansiada planta de tratamientos de líquidos cloacales terminaría con el desembarco de excrementos arrojados al mar, y en materia ambiental, Miramar sería el primer distrito de la Costa Atlántica en poseer una infraestructura similar.
La Municipalidad recibió del Ente Nacional de Obras Hídricas y Saneamiento (Enohsa) una cifra que alcanzaba los $ 43 millones para la realización de la planta de efluentes cloacales, ubicada en el trayecto de la ruta que une a Miramar con Mar del Sud. La comuna derivó los fondos destinados de Nación a la empresa COARCO S.A., una firma importante que, además, acapara grandes concesiones viales en el país.
Sin embargo, el estado de algarabía de los ciudadanos tuvo un lapso escueto, casi ínfimo. En septiembre de 2011 se detectaron deficiencias que impedían el funcionamiento normal y continuo, debido a que las celdas de infiltración no drenaban lo suficiente. No sólo eso, sino que el estado de abandono, corroborado por concejales de la oposición en una visita a la planta, evidenciaba las irregularidades en el funcionamiento.
En diálogo con Desafío Económico, la concejal de Peronismo Federal (PF) Viviana Farías contó que “se sacó una duna completa, se deforestó para realizar los piletones y ahora usan hectáreas del vivero para formar lagunas fijas”.
El inconveniente exigió depositar nuevamente en el mar los efluentes sin su tratamiento correspondiente, dando un paso hacia atrás, si se tiene en cuenta que la construcción de dicha planta evitaría el envío de líquidos cloacales.
Continuando con las irregularidades, parte de estos sedimentos están siendo transportados a través de un caño hasta el vivero Dunícola. Farías le dijo a Desafío que “se forman lagunas en el vivero que son utilizadas por personas para bañarse, desconociendo el estado y el lugar de donde proviene el agua”.
Además, según reza el pedido de informes que fue redactado por los ediles de la UCR y el Peronismo Federal, “el propio personal de Enohsa explicó en su momento que al poco tiempo de comenzar a utilizar la planta los piletones que debían contener el agua tratada comenzaron a rebasarse”.
La intención del plan original era que el efluente tratado en los piletones se fuera consumiendo en parte por riego, agua para incendio, evaporación y filtrado del suelo arenoso. Hasta el momento, nunca sucedió.
¿Quiénes son los responsables?
En una clara y preocupante falta de diagramación en la tratativa y discusión del proyecto, la municipalidad de Miramar, el Enohsa y la empresa Coarco S.A. son los que aparecen en el centro de todas las miradas.
El secretario de Obras y Servicios Públicos, Ricardo Asiaín, en reunión con los concejales de todos los bloques políticos, aseguró “que la majestuosa obra se encontraba en garantía y que, indefectiblemente, se trabajará en encontrar una solución antes del verano”. Mientras que la temporada estival ya está en curso, la ausencia en la ejecución de obras para remediar el problema sigue sobrevolando, a pesar de la acaudalada cifra de más de $ 43 millones.
Por otro lado, la política que se implementa desde el Ejecutivo parece estar basada en hacer oídos sordos. Tal es así, que Farías contó a Desafío que “el anterior pedido de informes jamás fue respondido en su totalidad”, y agregó que “en su momento, desde el Ejecutivo se intentó minimizar la situación y, al mismo tiempo, nos tildaron de tener oscuros fines políticos y electorales”.
LEA LA NOTA COMPLETA EN LA EDICION N° 44 DE DESAFIO ECONOMICO