28 de mayo de 2012
EN PILAR
Casal, sin respuestas, se fue enojado
La Tecla reveló en su edición anterior las demoras en la entrega de patrulleros por parte del ministerio de Justicia y Seguridad. El titular del área, en una visita por Pilar, se enojó con la prensa al ser consultado por este tema. Ofuscado, discutió con periodistas y suspendió sus actividades
Los constantes anuncios – maquillajes que hace Ricardo Casal al frente del ministerio de Justicia y Seguridad volvieron a quedar expuestos a raíz de la investigación que reveló La Tecla en su número anterior. Allí, este medio reflejó el enojo en varios municipios bonaerenses por la demora en la entrega de móviles policiales por parte de la Provincia, pese a que los plazos anunciados originalmente habían sido largamente superados.
En medio de esta situación, Casal viajó a Pilar para participar de algunos actos de gestión, aunque debió suspender abruptamente sus actividades a raíz de la discusión que entabló con periodistas locales que le preguntaban por los patrulleros.
Tal como lo relata El Diario de Pilar, al ser consultado sobre los patrulleros demorados, el funcionario respondió que “todos los vehículos están en el taller a la espera de ser blindados”.
Sin embargo, cuando un periodista le aseguró que aún hay 31 patrullas esperando e incluso invitándolo a acercarse a verlas, el funcionario se enojó y se fue.
“¿Usted va a saber más que yo?”, lanzó enojado y haciendo un ademán de fastidio, se alejó.
“¿Por qué se enoja?, estoy respondiendo a sus dichos con la realidad”, insistió el cronista, reiterando que los móviles se pueden ver porque están en una dependencia pública, como lo es el destacamento de Fátima.
“¿A mí me va a decir que vengo recién del taller y ví el cronograma de trabajo?”, disparó el ministro e ironizó: “No, no me grabe porque no le voy a responder más nada. Si usted sabe más que yo, no voy a responder más”.
El primero de octubre de 2010, el ministro firmó un convenio con 81 municipios para comprar 900 patrulleros. En ese acuerdo que se concretó con los intendentes se decidió que las ciudades bonaerenses comprarían los vehículos, tras recibir el dinero que se giraría por parte de la administración provincial.
En ese tratado la Provincia se comprometía, en un lapso no mayor de sesenta días, a equipar a los móviles policiales y, de esta manera, dejarlos en óptimas condiciones para circular. Esto implicaba hacerse cargo de las tareas de ploteo, blindaje, colocación de balizas, sirenas, equipos de comunicación y todo el instrumental que necesitan las unidades para patrullar el territorio bonaerense.
Envalentonado con esta iniciativa, el funcionario provincial decidió aumentar la cantidad inicial, de 900, a 1.300 vehículos. En mayo de 2011 Casal dijo que los 1.300 patrulleros “ya están pagados; las fábricas están haciendo un programa de entregas, ya están ploteados y blindados más de 200, y se están haciendo entre 50 y 80 por semana. Para este mes tendrían que estar todos terminados y entregados”. Sin embargo, eso no sucedió.