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Argentina
22 de agosto de 2014
JUAN CARLOS GASPARINI

"Sigo siendo el mismo negro de siempre"

No se calla nada. Y no se arrepiente de lo que dice. En su visita a la redacción de La Tecla, el jefe comunal roqueperense, Juan Carlos "El Chinchu" Gasparini, habla de todo: gestión, 2015, Massa, Scioli, el campo y mucho más

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De vuelta para Roque Pérez, tras una larga jornada en Buenos Aires, el intendente Juan Carlos “El Chinchu” Gasparini se llega hasta La Plata y hace una pasada por la redacción de La Tecla. Auténtico y espontáneo como siempre, lleva adelante un balance de estos primeros dos años y medio de gestión al frente del municipio. Asegura que sigue siendo el mismo de siempre, y todavía no sabe si irá por un nuevo mandato.

-Allá por 2011, cuando asumió, dijo a La Tecla que era un intendente pobre y que ni casa propia tenía. ¿En qué ha cambiado su economía?
-Nada. Siempre buscando precios. Por eso, cada tanto me compro alguna ropa en el Once. No tengo nada que no tuviera antes. Lo más importante es que este trabajo me permite bancar a mi hija, que está estudiando acá, en La Plata. Para el día nueve no me queda un peso. Pago el alquiler de mi casa, el de mi hija y unos nietos. Le doy de comer a mi familia y le tiendo una mano al que puedo. Estoy rodeado de gente muy pobre que no trabaja en la municipalidad. De mis siete hijos, todos con problemas y necesidades, ninguno trabaja en el municipio. Ahora una de mis hijas entró en la Anses, pero se lo ganó ella, por militante y laburadora.

-¿Pero no le da para la casa?
-Yo no vine a llevarme nada de la política. Mucha gente me pregunta eso. Y le respondo que no sé cómo se puede hacer para llegar a la casa. Lo veo muy lejano. Cobro, pago mis cuentas, compro alguna pilchita y no me queda nada. Yo soy muy sencillo. Cuando me pongo traje, la gente se asusta. Los que tengo los compré en el Once. Muy baratos. Es más, algunos vienen con dos pantalones. Sigo siendo el mismo negro de siempre. En ese sentido, la vida no me cambió para nada.

-¿Y en cuanto a las responsabilidades?
-Sí, en lo que respecta a las responsabilidades, sí. Tuve que aprender muchas cosas. El otro día, cuando el PJ se juntó en Roque Pérez, me preguntaba si lo que estaba viviendo era en serio. Estar donde estoy, viniendo de donde vengo, es realmente muy fuerte. No tuve una vida organizada. Tengo siete hijos con cinco mujeres distintas. De todos modos, lo importante para mí es que me llevo muy bien con todos. Como digo siempre, el Partido Justicialista permite estas cosas. Soy un intendente con primer grado inferior. No sé nada de nada. Pero el peronismo nos hace lugar a todos.

-¿Qué balance hace de estos dos años y medio de gestión al frente del municipio?
-El balance es muy positivo. Si bien estaba preparado para gobernar, ya que tengo 40 años de militancia, sobre la marcha se van aprendiendo muchas cosas. Hemos logrado instalar en el pueblo una salud de primera y tener seguridad, dos temas muy importantes. Casi cuadruplicamos las visitas de pacientes a nuestro hospital. Eso quiere decir que estamos brindando un buen servicio. Otro tema fundamental fue la mejora en el tránsito, algo que nos tenía muy mal. Cuando andaba de campaña por los barrios, la gente me decía “Chinchu, por favor, ¿qué vas a hacer con las motos?”. Y yo les contestaba que me votaran, que si ganaba se iban a enterar.

-Una extorsión, digamos…
-Sí, así fue (risas). Empecé a tomar decisiones. Y hasta discutí fuerte con algún amigo por haberle secuestrado la moto al pibe. Pero es así, cuando se toman determinaciones no se puede quedar bien con todo el mundo. Lo principal fue el respaldo a la Policía, a los inspectores de Tránsito y a la jueza de Faltas; y, por supuesto, tolerancia cero. Gracias a Dios, hasta el día de hoy no hemos tenido accidentes graves. Los motociclistas andan con casco y como corresponde; saben que de lo contrario tienen problemas. Antes de entregarles la moto, hablo con los chicos y les digo que mi obligación como intendente es cuidarlos, aunque ellos no quieran.

-Seguramente alguno se debe retobar…
-Hace un tiempo, una persona importante del pueblo me dijo que me la había creído y que si su hijo se quería matar yo no tenía por qué meterme. Te imaginarás cómo terminó la conversación... A puteada limpia.

-¿Qué cree que es lo mejor de su gestión?
-Ordenar. El pueblo necesitaba orden, limpieza y la Planta de Tratamiento de Residuos; pero sobre todo educación, estamos muy comprometidos con la educación. Primero, porque yo no la tuve, y sé lo que eso significa. Y fue muy fuerte para la sociedad que ‘El Chinchu’, que no tiene estudio, que no tiene nada, se involucre con la educación. Construimos dos escuelas y se está arrancando con dos más; inauguramos galpones culturales, bibliotecas.

-¿Cómo es la relación con la Policía?
-Cuando entré tuve hechos muy jodidos, y, conocedor de la vida y de las cosas, me hice cargo de todo. Cuando la gente decía que había que echar al comisario, me planté y dejé bien en claro que el único responsable de la seguridad era yo. El tiempo me da la razón: somos un distrito seguro. Claro que hay imponderables, y que siempre alguien te puede robar algo, pero, en líneas generales, estamos muy bien. Tengo muy buena relación con la Policía. Los efectivos entendieron que soy un compañero de trabajo, que cuando me la tuve que jugar por ellos, lo hice; eso sí, a veces me pongo pesado. Cada tanto, tipo tres de la mañana llamo por teléfono para ver si alguien atiende. Lo cierto es que funcionamos muy bien. Todos los días me reúno con el comisario o la comisaria, y a la mañana bien temprano tengo el parte de lo que pasó la noche anterior. Tenemos una mesa de inclusión social, en la que están involucradas las asistentes sociales de las escuelas, y, por supuesto, también la Policía.

-¿Qué es lo que falta?
-Tengo muchos sueños. De lo que prometí en campaña, hice todo. Siempre uno se exige más y quiere tener lo mejor para su pueblo. Por eso es que trabajamos mucho en la promoción de la ciudad. Por ejemplo: les hemos dado una importante reactivación a los almacenes de campo.

-¿Cómo está con los municipales, que en muchas ciudades suelen rebelarse?
-Fui el único intendente de la Provincia que aumentó los sueldos un 35 por ciento. Rompí paritarias, rompí todo. Y lo pagué al contado. Por otra parte, soy el primero que llega a la municipalidad. Entonces, si yo llego primero, los demás tienen que llegar a horario. Trabajo hasta los domingos.

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