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Argentina
21 de septiembre de 2017
TERRITORIOS

La coyuntura del peronismo bonaerense: Cambio de época y PJ sin caciques

Después de las primarias, el peronismo se enfrenta a una renovación de cara no sólo a octubre, sino también a 2019. Cómo reemplazar a los caudillos que se plantaban y ya no están.

La coyuntura del peronismo bonaerense: Cambio de época y PJ sin caciques
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La hegemonía peronista de las últimas décadas se enfrenta a una avanzada de Cambiemos, a la cual ni la propia Cristina Fernández pudo hacer frente con solidez en las elecciones.

El panorama en el territorio bonaerense está signado por un par de constantes que se repiten en todas las secciones: por un lado, la necesidad de nuevos cuadros políticos que respondan al actual perfil del electorado; por el otro, la inca-pacidad de las figuras para crecer en el a la sombra de la expresidenta. Los alfiles del partido se dividen en dos: los que proclaman una renovación de la mano de una unidad que incluya a todos los dirigentes que se fueron por las propias internas partidarias, y los que aseguran que la única dueña de los votos es Cristina.

Para el analista político Roberto Bacman, “el panorama del PJ es complejo, y va a depender mucho del resultado de octubre en la Pro-vincia. Si la expresidenta gana, aunque sea por un voto, seguirá teniendo un rol muy importante”. Se extraña a los viejos caciques que dominaban las secciones.

PRIMERA SECCIÓN

Los que dirigen la batuta en la Primera son los intendentes del antiguo Grupo Fénix, fundado después del 2015 por los kirchneristas que buscaban la renovación bajo la conducción de CFK; en contraposición al Esmeralda, que se disolvió rápido. En casi todos los municipios (Escobar, Malvinas Argentinas, Moreno, Merlo, Marcos Paz y Navarro), UC tuvo un buen desempeño en las PASO. La excepción fue Moreno, donde Cambiemos aventajó por 18 puntos al oficialismo local. La otra derrota estuvo en Ituzaingó, aunque por sólo 2%.

El consultor Roberto Bacman analizó el perfil de la sección y afirmó que “se está produciendo un fenómeno de cambio, con otro tipo de dirigentes. Los nuevos barones del PJ ya no go-biernan la parte norte y son distintos a los clásicos, que muchos estaban en el poder desde el ‘83. Está cambiando el perfil por una población que es más exigente, que ya nos dio una sorpresa en
el 2015 con el corte de boleta, y que lo que busca del intendente no es tan prebendario y territorial”.

Después de darle una paliza a Cambie-mos, en cuya interna figuraba el apellido Cariglino (un excaudillo), Leonardo Nardini pidió reconfigurar el partido y convocó a Massa y a Randazzo “para volver a unificar el 54% del 2011, con todos los que colaboraron para sacar ese gran resultado y que se fueron alejando por diversas cuestiones”.

SEGUNDA SECCIÓN

La Segunda es una de las secciones donde más se siente la falta de conducción desde que Ismael Passaglia, de San Nicolás, el distrito más fuerte, mutó a Cambiemos. En estas PASO, todos los que jugaron con Cristina, perdieron. En San Antonio de Areco, por 20 puntos de
diferencia; en Capitán Sarmiento, por 17; en Ramallo, por 13; y en Zárate, por 3.

Algunos históricos ya no están, como el fallecido José Díaz Bancalari. Uno de los que aparecen hoy como figura es el exintendente de Baradero Aldo Carossi, quien, si bien ganó las internas de UC en su distrito, la fuerza quedó lejos del primer lugar. Otro que podría aspirar al liderazgo es Mauro Poletti, que le ganó a la UCR en Ramallo, un territorio firme. En tanto que los randazzistas de Salto y Colón están revisando su enfoque después de las primarias.

Para Oscar Ostoich, al frente de Capitán Sarmiento desde 1999, “después de octubre va a haber una recomposición; no sólo en la Segunda, sino en todo el país. Hoy, los votos son de CFK, pero para el 2019 va a cambiar el mapa, con un peronismo unido. Massa y Randazzo se van a sumar a la unidad, no les que-da otra alternativa”.

TERCERA SECCIÓN

Si bien la Tercera sigue siendo la sección fuerte del peronismo, ya no es el histórico bastión que fue hasta 2013, cuando todos los municipios eran kirchneristas, menos Almirante Brown, que respondía al FR. De los 19, actualmente 7 son gobernados por Cambiemos, aunque no en todos el oficialismo tuvo un buen desempeño en las PASO, como son los caso de Quilmes y San Vicente.

Sobre el perfil de la sección, Bacman evaluó que si bien “ya no están más los históricos, como Quindimil, y no es lo mismo Mussi hijo que Mussi padre, en la parte más profunda del Gran Buenos Aires, al sur, donde hay miseria y mayor necesidad del Estado, por más que Espinoza esté al costado, Magario sigue teniendo una Matanza atada al peronismo; y lo mismo pasa en Berazategui y Lomas. No son los barones de diez años atrás, son otro tipo, pero todavía hay cierto aspecto de esta naturaleza”.

Mario Secco, intendente de Ensenada desde 2003, se mostró reacio a la unidad para el 2019. “Massa ha cogobernado con Vidal y Macri; les votó todo descaradamente, mejor que los diputados de Cambiemos”, dijo, y agregó que “votar a Randazzo es votar nada”.

CUARTA SECCIÓN

Una de las secciones más acéfalas en cuanto a conducción es la Cuarta, históricamente disputada entre Julián Domínguez y Florencio Randazzo, dos liderazgos muy cuestionados hoy. Los únicos municipios que jugaron con Cristina fueron Leandro N. Alem y Pehuajó, donde, si bien el candidato del ultrakirchnerista Pablo Zurro fue el más votado, perdió ante la fuerza Cambiemos, cuya interna se llevó cinco puntos de ventaja sobre Unidad Ciudadana.

Respecto del exministro de Transporte, que ganó en su tierra natal, Chivilcoy, el intendente Zurro afirmó: “La figura de Randazzo está decreciendo. Fue más un armado de Vidal y Durán Barba, de la derecha, que siempre nos parte en pedazos. Es indudable que nosotros tenemos que juntar todas las fuerzas del peronismo atrás de la figura de quien es y quien manda; tenemos claro que no hay otro líder dentro del movimiento nacional”.

El massismo tampoco lleva mucha ventaja, hoy cuenta con Alexis Guerrera y Guillermo Britos (hace tiempo se especula con su fuga); mientras que al diputado nacional Gilberto Alegre se le termina el mandato en diciembre, y ya no tiene el peso que supo ostentar.

QUINTA SECCIÓN

En la sección donde General Pueyrredón (Cambiemos) marca la cancha, el panorama quedó complicado tras las PASO. En el partido de La Costa, el distrito peronista de mayor importancia de la región, la lista apadrinada por el intendente, Juan Pablo de Jesús, fue superada por la interna de Cambiemos. En Villa Gesell, comandado por Gustavo Barrera, la derrota para el partido fue terrible, ya que el oficialismo local quedó tercero; mientras que la victoria en Tordillo no alcanzó para aminorar la caída por la baja cantidad de electores del municipio.

Entre los viejos caudillos que ya no tienen peso para comandar la renovación figuran Juan de Jesús padre; Juan Carlos Veramendi, intendente en uso de licencia de General Paz; y Juan Garivoto, histórico cacique del PJ en la Legislatura, que se acercó al massismo y se corrió de la pelea territorial luego de recalar en el Poder Judicial.

Al igual que sucedió en otras secciones, ante la acefalía peronista, la lista fue ar-mada por La Cámpora. La encargada de la misma fue la diputada nacional Fernanda Raverta, de nula ascendencia sobre otros drigentes del PJ. Los candidatos del espacio comandado por CFK
quedaron más de 20 puntos debajo de Cambiemos, cuya campaña estuvo fuer-temente focalizada en Mar del Plata, una de las ciudades más visitadas por la Gobernadora. Desde hace tiempo, el PJ de la Quinta pide urgente renovación.

SEXTA SECCIÓN

El Grupo de los Ocho, conformado por los intendentes peronistas que quedaron en la sección, Néstor Alvarez (Guaminí), Corvatta (Saavedra), Santillán (G. Chaves), Fisher (Laprida), Acerbo (Daireaux), Roberto Alvarez (Tres Lomas), Fernández (Monte Hermoso) y Marini (B. Juárez), hoy se encuentra tensionado por la conducción del partido, tras unas primarias donde Cambiemos avanzó a paso firme, con el triunfo en cuatro de esos municipios.

Si bien el respaldo a Ran-dazzo fue el primer factor de división, en la última semana se sumó una nueva carta al pano-rama: el desembarco de Insaurral-de en la Sexta. Fue a través de un encuentro al que se ausentaron Santillán, Marini, Fisher y “Cuto” Moreno, primer candidato a diputado provincial, resistido por la mayoría de los alcaldes, que no pudieron imponer su voluntad. Aunque algunos, como Corvatta, tienen ascendencia en el partido (el de Saavedra se le plantó a Cristina en alguna reunión), lejos está el poder territorial que consiguió la famosa “cooperativa”.

SÉPTIMA SECCIÓN

Para Bacman “va a ha-ber muchos cambios estructurales y el oficialismo va a crear nuevos conceptos dirigenciales. En la Segunda, la Cuarta y la Séptima, de poco volumen electoral, Cambiemos pudo volver a convertirse en referente. Ahí, el radicalismo había perdido el liderazgo, pero son secciones históricamente conservadoras”.

Según el analista, “al peronismo le cuesta crecer en estas secciones porque Cambiemos demostró que puede representar un pensamiento distinto al del populismo y donde el campo encontró un referente”. De los ocho municipios que la componen, UC ganó en uno: Tapalqué. Sólo dos más, Roque Pérez y Veinticinco de Mayo, jugaron con la boleta de Cristina. El oficialismo consiguió captar al intendente de Azul antes de las PASO, y Randazzo, al de Bolívar, Eduardo Bucca, quien, tras perder en su propio territorio, afirmó que luego de octubre, el peronismo debe “re-flexionar” sin tanta “rosca política”. Algunos en el PJ extrañan a operadores como Isidoro Laso, histórico armador.

OCTAVA SECCIÓN

En la sección Capital, el duro golpe que tuvo el peronismo en 2015 se profundizó en las primarias. “Tanto en la Quinta como en la Octava se da un fenómeno más antikirchnerista, no hay tanta presencia del campo”, señaló al respecto el analista Bacman, y agregó que esas secciones serán las claves de octubre.

En La Plata, La Cámpora aprovechó la decadencia del peronismo para avanzar en el armado de las listas. Los principales dirigentes que se disputaban la sección cayeron en desgracia tras malas gestiones que no les permitieron recuperar la imagen pública. Por un lado, Bruera, en tensión tras la histórica inundación y corrido luego de ganar la interna pero perder las elecciones del 2015, en 2017 sólo figuró públicamente por los problemas con la Justicia. Por otro lado, Julio Alak, exintendente y exministro, se mostró en la mesa política encolumnado detrás del camporista Martín Alaniz.

En tanto que el diputado Carlos Castag-netto busca aumentar su influencia elección a elección.

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