Un informe del Grupo de Opinión Pública tomó la temperatura de la percepción sobre problemas, riesgos económicos, consumo y la marcha de la economía. Los temas peor evaluados: inflación y desocupación. Vidal, a la cabeza de la evaluación positiva

El humor positivo de los argentinos subió en junio y cayó desde noviembre

El Grupo de Opinión Pública presentó su Informe Anual de Humor Social 2017, que incluye la percepción de problemas, riesgos económicos, sociales, políticos y personales así como propensión al consumo y las expectativas sobre la economía.

El trabajo concluye que El Humor social positivo creció hasta el mes de junio, pero en noviembre hay una caída de unos 6 puntos en ambas variables, un retroceso que bien podría ser coyuntural, relacionado con que después de las elecciones el gobierno anunció nuevas medidas y reformas que la gente pudo interpretar como una profundización de medidas de ajuste. O bien podría indicar un cambio de tendencia más profundo.

En cuanto a la percepción de problemas, los tres que predominaron a lo largo de 2017 fueron la Inseguridad, siempre señalado como primero, a bastante distancia del resto y dos problemas centrales, inflación y desempleo, con recorridos muy similares ya que no se separan más que pocos puntos.

La percepción menos aguda de los problemas tuvo lugar en septiembre, el mes previo a las elecciones parlamentarias. A partir de allí se nota un incremento en la percepción de los problemas económicos y un descenso respecto de la inseguridad.

De los problemas percibidos, la Inseguridad es totalmente independiente de la Evaluación del Presidente y del Gobierno. El Coeficiente de correlación entre ambas variables es cercano a cero (0,09) En cambio la correlación entre Evaluación del Presidente y percepción de Desocupación y de Inflación está en torno del –0,5 en el Coeficiente de correlación.

Con respecto a la desocupación, el GOP sostiene que la gente tiende a independizar la situación de inseguridad de la gestión del gobierno, mientras que los problemas que sí se perciben como producto de decisiones del Gobierno y de la gestión son la inflación y la desocupación. Especialmente en el período electoral, de agosto a noviembre, la mejor evaluación del presidente se presenta junto a una baja en la preocupación por la inflación y la desocupación. Ya para noviembre se observa una mayor preocupación por ambos problemas y una baja significativa en la evolución positiva del Presidente, de 56 a 49.

Cuando se pidió a los encuestados que hagan un balance de estado de diversos problemas, los resultados mostraron por una parte el reconocimiento a la gestión en relación con el combate al narcotráfico y al desarrollo de la obra pública, pero se registró un empeoramiento significativo en los problemas peor evaluados: la inflación y la desocupación.

En relación a los riesgos percibidos, a partir de junio el promedio de preocupación por eventos críticos baja de 40% a 33% y culmina en noviembre en 28%. Es evidente que la baja en la preocupación por situaciones críticas ocurre en el contexto electoral de Agosto-Octubre y explica, en buena medida, el éxito de la comunicación electoral de Cambiemos.

Analizando por dimensión, es evidente que la preocupación por crisis políticas y situaciones negativas en el ámbito personal es lo que más baja. Mientras a principio de año casi un 40% registraba preocupación por su situación personal, hacia fin de año estos valores se estabilizaron en torno del 20%. Asimismo, las preocupaciones por crisis políticas disminuyen de más del 25% a en el primer trimestre del año al 11% luego de las elecciones.

Los riesgos económicos también muestran una baja a partir de junio, pero desde septiembre, a contracorriente del resto de los riesgos percibidos, muestra tendencia a la suba. No es casual que en esos meses se registre un empeoramiento de la percepción del problema de la inflación, que pasa del 40% al 51% y que la percepción de riesgo de incremento de la inflación pase del 52% al 61%. La percepción de riesgo de desocupación aumentó 6 puntos entre octubre y noviembre.

A diferencia del brillante resultado electoral de octubre, ya en noviembre la población muestra señales de preocupación por el incremento de la inflación y la desocupación y por una eventual devaluación abrupta de la moneda.

Finalmente, la proporción de los que aprueban gran parte de las medidas de gobierno y los que aprueban parcialmente la gestión del gobierno alcanzó en la primara parte del año un promedio de 53 puntos. En septiembre y octubre se incrementó notablemente, a un 60/62%, acompañando el período electoral que favoreció al gobierno.

María Eugenia Vidal aparece a lo largo de todo el año a la cabeza de la evaluación positiva, incrementada a más del 60% a partir del mes de junio. Muestra, sin embargo, un pronunciado descenso en noviembre, de unos 8 puntos. Mauricio Macri comienza el año compitiendo con Massa, en torno a un 44% de evaluación positiva. Recién en septiembre/octubre/noviembre se despega de la oposición y se acerca a los niveles de Vidal.

Sergio Massa cae notoriamente desde mediados de año, desde unos 42 puntos a unos 35 puntos de evaluación positiva.

Cristina Kirchner logra su pico de evaluación positiva en mayo (42%), cuando se anuncia su postulación como candidata a Senadora de Bs.As. Luego baja y recién en noviembre recupera varios puntos, superando a Massa, pero aun unos 10 puntos por debajo de Macri y 18 debajo de Vidal.

Macri, en caída libre

Una encuesta realizada por Ricardo Rouvier & Asociados confirma que la caída en la imagen positiva de Mauricio Macri y que apenas un tercio de los habitantes tiene expectativas positivas de la economía.

En cuianto a la gestión del Gobierno, se percibe una mala imagen luego del escándalo que protagonizó el ministro Jorge Triaca con su empleada Sandra Heredia, un hecho sobre el que el 66% opina que debe renunciar.

La caída en enero, según Rouvier, se acentuó con los aumentos de tarifas, con un descenso de la imagen positiva de Macri hasta el 44,6% contra 48,8% en diciembre.

La negativa, en tanto, subió de 47.9% a 52,4%, creciendo del 50,4 al 55,3% en lo que se refiere a la imagen del Gobierno, con una caída de la sensación positiva del 47,2 al 42,2%.

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