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Argentina
14 de agosto de 2018
OPINION

La realidad se puede hacer tapa: ¿Se podrá tapar?

Por Marco Antonio Leiva / Esta realidad hoy es oscura y esa oscuridad toca hoy niveles de desesperación. Hay que sumar los índices de desocupación, la caída del consumo y la producción, las suspensiones y despidos y la inflación que ya amenaza con ser hiperinflación

La realidad se puede hacer tapa: ¿Se podrá tapar?
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Ya es casi un lugar común afirmar que las operaciones judiciales y mediáticas, verdaderas embestidas contra opositores, son en un intento de tapar la realidad económica y social de nuestro país. Esta realidad hoy es oscura y esa oscuridad toca hoy niveles de desesperación. Al momento de escribir estas líneas, el dólar estadounidense ya cotizaba casi 32 pesos y el riesgo país se acercaba a los 750 puntos. El Banco Central de la República Argentina (BCRA) anunciaba la suspensión de operaciones de cambio, alegando con eufemismos la falta de dólares en caja para atender la demanda de la clase media, que huye de un peso argentino en caída brusca.

Sumado a eso están los índices de desocupación, la caída del consumo y la producción, las suspensiones y despidos y la inflación que ya amenaza con ser hiperinflación. Entonces la pregunta es: ¿Puede taparse semejante realidad con un circo judicial y mediático de allanamientos, detenciones y delaciones inverosímiles?

Claro que no existe todavía una respuesta y está por verse qué tan grande será ese sector de la sociedad que va a cooperar con el poder fáctico de tipo económico y va a aceptar su relato como sucedáneo de la realidad. Ya hay argentinos que despiertan ante la evidencia de que la persecución a dirigentes como Milagro Sala, Amado Boudou y Cristina Fernández, entre otros, es una enorme tapadera de lo que a esta altura es una debacle indisimulable. Y una vez destapada la olla y estando a la vista de todos lo que realmente está pasando en este país, ¿qué impacto tendrá eso sobre el comportamiento electoral de cara a las elecciones del año que viene?

El periodista y operador estrella del Diario La Nación, Carlos Pagni —un hombre insospechado de cualquier peronismo y mucho menos de kirchnerismo— reveló hace unos días que un ministro del actual gobierno le sugería en una conversación en off que “si no hay pan, que haya circo”, en una clara alusión a la patética situación económica y social por la que atraviesa el país en contraste con la espectacularidad de las operaciones judiciales y mediáticas que se están armando. Pagni probablemente no esté mintiendo cuando cita anónimamente al ministro en cuestión, porque esas declaraciones son una descripción de la realidad actual que debe rondar la cabeza de todos los funcionarios del gobierno neoliberal y antipopular: falta el pan en la mesa del trabajador y entonces hay que armar el circo para que eso no se note tanto.

Pero se nota igual. ¿Cuánto se nota? No es fácil determinarlo. Hay distintos niveles de conciencia, por supuesto, y no es para nada sencillo establecer un promedio. Sea como fuere, al peronismo le toca empezar a organizar ya no una resistencia al régimen antipopular, sino directamente la superación a dicho régimen. El peronismo debe volver a organizarse en las bases, en los barrios, desde abajo para presentarse entero como la alternativa a lo que, al parecer, ya hizo agua y no se termina de caer justamente por el blindaje mediático que todavía impide que realidad se muestre en todo su dramatismo.
La realidad se puede hacer tapa: ¿Se podrá tapar?

“La realidad se puede tapar... o se puede hacer tapa”, rezaba el eslogan publicitario de Clarín, justamente el medio de difusión que más hace tapa de lo que conviene y también el que más tapa lo que no conviene. Se puede tapar, puede haber circo y probablemente lo habrá. A medida que esté más acorralado, el gobierno tirará más manotazos de ahogado y eso se va a traducir en más allanamientos, más escándalo, más detenciones, más circo. Lo que no sabemos es cuánto podrá efectivamente tapar, no sabemos aún hasta qué punto el circo va a predominar sobre el pan y el televisor sobre la heladera. Lo que sabemos es que debe haber un límite —el límite del ajuste, que es la capacidad del ajustado para soportarlo— y ante esa verdad el peronismo, que es la fuerza política del pueblo argentino, representante único de sus intereses y de su cultura, debe estar preparado para salvar una vez más las papas del fuego y aportarle a la sociedad argentina la alternativa que esta va a necesitar cuando lo que hoy se tapa mañana sea tapa, aunque eso nunca deja de ser traumático y doloroso para nuestro pueblo, como nos enseña nuestra historia reciente.

No conviene tener miedo ni evadirse a la realidad. Una y otra vez ha salido el sol en el horizonte de los pueblos y esta vez no será la excepción. Hay 2019 y vamos a volver, pero mejores y distintos. Vamos a volver mucho mejores, que es lo que el pueblo argentino necesita para recuperar su dignidad y ser feliz.

Por  Marco Antonio Leiva; Identidad Peronista

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