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20 de octubre de 2018
SEXO

El verano: la estación ideal para la pasión

Está comprobado que entre diciembre y marzo se dan las condiciones para que se incrementen los encuentros sexuales. En esta nota encontrarás algunos tips para que el calor no te acobarde

El verano: la estación ideal para la pasión
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Al igual que el invierno, el verano es una estación que provoca amores y odios. Y es que no existen los grises, cuando hablamos de calor o frío extremo. Pero, más allá de lo que pensemos, la estación estival tiene muchas ventajas. Y si sos del grupo de los que detestan el verano, esta nota te hará cambiar de opinión.
Con los días de calor, se extienden las horas de luz, disminuye la cantidad de ropa que llevamos puesta, aparecen las propagandas de fiestas en la playa y hitazos musicales, resurgen las reuniones al aire libre y nuestros ánimos están al servicio de todas estas aptas condiciones para el disfrute. Y no es para menos, no solo estamos descansado y relajados, sino que no tenemos estrés.
Pero así como esta estación moldea los estados de ánimo y condiciona a las personas potenciando los encuentros sociales, influye en otros aspectos de la vida. Uno de ellos es el ámbito de la sexualidad. Según explican los expertos, cuando Febo asoma con más fuerza es la época donde más están dadas las condicione para que tengan lugar los encuentros sexuales.
Pabe destacar que esto tiene una justificación 100% científica: en verano hay más horas de sol y, esta estrella fuente vital de energía, es la que activa la producción de oxitocina, también llamada ‘hormona del placer’, mediante las células de la piel. A su vez, la luz estimula a la hipófisis que libera otra hormona sexual: la testosterona, que mejora la virilidad, las erecciones y aumenta el deseo sexual. Pero eso no es todo, en verano sudamos y liberamos feromonas, “una clase de sustancia química generada por glándulas de los órganos sexuales secundarios y de la piel, capaces de actuar aún a la distancia, que favorecen a la atracción sexual y tienen su correlato en el surgimiento de la química entre las personas”. Este combo, nos convierte  en una bomba de tiempo.

La ducha compartida

Un baño en un día de calor infernal puede resultar algo sumamente placentero, pero si a eso le sumamos a alguien con quien compartirlo la experiencia refrescante puede ser mucho más satisfactoria.

Más allá del deleite que otorga; compartir un baño con tu pareja brinda varios beneficios, entre los cuales se destacan: la sensación de intimidad total, una mejora en lo que refiere a la comunicación y el refuerzo de la confianza otorgados por estar desnudos uno frente al otro.
Cabe destacar que, también es un gran antídoto contra la rutina por lo que favorece al romanticismo. En lo que respecta a la salud, combate el estrés y mejora el humor. Y, encima estarás cuidando el agua, por ende, el medioambiente.
 

Las mejores posturas sexuales para combatir el calor

Si bien la estación estival revoluciona las hormonas e incrementa la líbido, haciendo que las condiciones para los encuentros sexuales sean las más aptas; lo cierto es que, vaya paradoja, el calor no es el mejor aliado para levantar la temperatura. Por eso, te presentamos algunos tips para que el sexo no sea vencido por la comodidad del sillón y el aire acondicionado.
El primero está relacionado a las preliminares del encuentro; es decir, detenerse en los juegos eróticos iniciales que no solo lleva al disfrute, sino que además, favorecen al conocimiento de la pareja. Aquí pueden incluirse geles y juguetes sexuales.
En lo que refiere a posiciones, te presentamos dos que son grandes aliadas de las altas temperaturas: la primera es el alineamiento coital, basada en el misionero tradicional pero con algunas variaciones reduce al máximo el roce de los cuerpos y favorece a una gran estimulación visual.
La segunda, es la denominada ‘El trono del Rey’, aquí son ellas las que dirigen. Incluso, esta posición puede llevarse a cabo en la bañera mientra cae el agua fría de la ducha.
 

¿Amor express?

En las vacaciones todo parece ser más fácil; es por eso que los romances son súper intensos pero, mucha veces, fugaces. Y es que, a pesar de que recién se conocen, las personas pueden compartir muchas horas y actividades, sin sentirse avasallados o invadidos en su espacio.
Según explican los expertos, el momento vacacional estimula la cotidianidad de manera casi irracional, porque ninguna de las partes está viviendo su vida real. Las vacaciones son como una pausa, como una ficción de nuestra vida que, sin dudas, vivimos y disfrutamos plenamente, pero que no es real.

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