La cuarentena obligatoria parece no haber sido suficiente para convencer a muchos argentinos de que la situación es grave y si el coronavirus se expande hará un daño muy grande. El Gobierno analiza una medida extrema si la población no acata como se debe la medida de excepción tomada el jueves

Qué es el estado de sitio y por qué el Gobierno se vería obligado a aplicarlo

Muchos argentinos rompen con los designios de la cuarentena obligatoria establecida hasta el 31 de marzo, y transitan sin ser personas que están contempladas en las excepciones que dictó el decreto presidencial para determinar quiénes sí pueden circular y en qué circunstancias.

De hecho, hay más de 1.200 detenidos por incumplir con el decreto presidencial. Ante esta situación, la ministra de Seguridad nacional, Sabina Frederic, aseguró que "a partir de hoy" los controles "serán más estrictos" y no descartó la posibilidad de instaurar un "estado de sitio". La medida se estudia por estas horas en Olivos, donde el presidente Alberto Fernández monitorea la situación.

El estado de sitio es uno de los institutos de emergencia que establece la Constitución y se trata de una medida excepcional y extraordinaria dictada en circunstancias de extrema gravedad para el orden público, y cuya declaración corresponde a los poderes federales. Es decir que es facultad del Presidente de la Nación y del Congreso. De hecho, en caso de conmoción interior, donde podría encuadrarse la circunstancia actual, el Ejecutivo necesita la autorización del órgano legislativo.

En el estado de sitio se pueden restringir más derechos que en el estado de emergencia, con excepción de lo acordado en la Convención Americana sobre Derechos Humanos. Representa un concepto equivalente al de estado de guerra, y por ello se dan a las fuerzas armadas facultades preponderantes para los actos de represión.

El estado de sitio permite movilizar al ejército en temas de seguridad interior

Durante el estado de sitio quedan en suspenso las garantías constitucionales, con mayor o menor extensión, según las leyes. Por ejemplo, quedan limitadas la libertad de tránsito o de reunión. Su período de duración debe ser limitado peor siempre podrá extenderse si continúa la emergencia por la que se decretó.

Si bien el estado de sitio no le concede al Poder Ejecutivo competencias que excedan su órbita, sí le otorga al Gobierno central el poder de arrestar o trasladar a las personas de un punto a otro de la Nación, siempre que ellas no hubieran optado por salir del territorio o por el exilio.

En el artículo 23 de la Constitución Argentina se establece que en caso de conmoción interior o de ataque exterior que pongan en peligro el ejercicio de esta Constitución y de las autoridades creadas por ella, se declarará en estado de sitio la provincia o territorio en donde exista la perturbación del orden, quedando suspensas allí las garantías constitucionales. Pero durante esta suspensión no podrá el presidente de la República condenar por sí ni aplicar penas. Su poder se limitará en tal caso respecto de las personas, a arrestarlas o trasladarlas de un punto a otro de la Nación, si ellas no prefiriesen salir fuera del territorio argentino.

El último estado de sitio decretado en la Argentina fue el 19 de diciembre de 2001, y fue uno de los últimos actos de gobierno del presidente Fernando De la Rua. Lo dictó por 30 días, pero duró sólo dos, ya que el 21 de diciembre, antes de renunciar, su última firma como Jefe de Estado correspondió al decreto que levantó el estado de sitio. En las 48 horas que duró la medida hubo 39 muertos y un gobierno que terminó de la peor manera. No obstabnte, ahora, las circunstancias son totalmente distintas.

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