14 de mayo de 2010
EN SAN MARTíN
El hospital que se inauguró tres veces
Se cerraron las salas de cirugía infantil y cirugía plástica. Las remodelaciones en los consultorios externos fueron inauguradas tres veces, y el Municipio tardó un año y medio más de lo previsto
“Esto es mucho más que un sueño convertido en realidad”, dijo el intendente de San Martín, Ricardo Ivoskus, cuando inauguró por tercera vez, el 30 de marzo, las remodelaciones del nuevo hospital municipal, “Doctor Diego Thompson”. “Es imposible no emocionarse al inaugurar esta obra”, agregó el ex secretario de Salud, Fernando Tejo. Sin embargo, en la práctica la realidad es muy diferente de las ilusiones de los dirigentes municipales.
La propuesta de ampliación y remodelación del hospital comenzó cuando Ivoskus asumió, en 2007, y prometió que en un año estaría terminada la primera etapa, la cual fue inaugurada, por tercera vez, un año y medio más tarde de lo previsto. Primero fue la palada inicial y simbólica, luego el relleno de la losa, y finalmente inauguró los 34 consultorios externos y el estacionamiento subterráneo.
El doctor Tejo comenzó en 2005 la intervención del hospital, amparado en las versiones de mala praxis y con todo el apoyo político de Ivoskus. Las primeras medidas fueron poner en disponibilidad a todos los trabajadores y llevar adelante una política de vaciamiento del nosocomio.
De la mano de la intervención, en el hospital “se cerraron los servicios de cirugía infantil, cirugía plástica y medicina pericial, y la sala de internación de clínica médica de mujeres se fusionó en una sola junto a ginecología”, denuncia Marcelo Regner, secretario general de la Asociación del Personal del hospital Thompson.
La propuesta de gobierno era darle un fuerte perfil “maternoinfantil” al hospital, pero “el área de maternidad, que contaba con tres salas y 39 camas, pasó a tener sólo una sala con 13 camas”, agrega Regner.
El Thompson cuenta actualmente con apenas 80 de las 200 camas que tenía hace cinco años, lo que se traduce en una menor disponibilidad para los pacientes en el servicio de salud pública.
Los salarios de los municipales de San Martín están entre los más bajos de la Provincia, y los profesionales de la salud no están exentos: en promedio, un médico cobra de 1.000 a 2.000 pesos menos que en otro distrito. Por eso, “los médicos no quieren tomar las responsabilidades de los cargos más altos, como jefe de servicio, debido a que cobran casi lo mismo que un empleado con veinte años de antigüedad y sin mayores compromisos”, agrega un especialista en pediatría.
“El Thompson lo inauguraron tres veces con una fachada bien pintada, y los profesionales están cada vez más precarizados; no respetan la antigüedad y el prestigio de los médicos históricos del hospital”, critica un militante barrial.
El nosocomio pierde día tras día consultorios, profesionales y capacidad asistencial, y sólo quedan escasos restos de la reconocida capacidad académica que contaba hasta hace dos décadas, cuando era un hospital asociado a la Universidad de Buenos Aires.