2 de septiembre de 2010
JULIO GRONDONA
"Siempre dije que no a la política: el fútbol es superior a todo"
Mano a mano con La Tecla, el presidente de la AFA no deja tema sin tocar: Fútbol para Todos, su relación con la política, el campo y hasta su vida personal. Y dice que la Presidenta hizo una gran contribución para salvar a los clubes. Grondona no se guarda nada
La cita es en la esquina de avenida Mitre y Castelli, en Avellaneda, en una estación de servicio de su propiedad. Después de un par de reuniones con varios dirigentes llegó el turno de La Tecla. El presidente de la AFA y vicepresidente de la FIFA se muestra amable y dispuesto. Fútbol, política, campo y hasta su vida privada en una charla en la que Julio Grondona no calla nada, y se va en elogios tanto para la presidenta Cristina Fernández como para el gobernador Daniel Scioli.
Asegura que el fútbol es superior a todo y que por eso nunca aceptó ser candidato para ocupar algún cargo. Respecto de Fútbol para Todos, manifiesta que fue una de las mejores decisiones de los últimos tiempos, y cuenta que les inició acciones legales a integrantes de un sector de la oposición por “meterse en lo que no les corresponde”. También habla de Maradona, del poder y hasta del Gran DT.
-¿Qué es lo que más y lo que menos disfruta de ser el presidente de la AFA?
-Es una pregunta que resulta fácil contestar. En mi caso creo que he disfrutado muchísimo más de todo lo que se puede decir que me haya dolido o perturbado. Esto es una felicidad. Tal vez pronto me dé cuenta de que he dedicado demasiado al fútbol y he dejado de lado un montón de cosas. El fútbol me ha sacado de foco, pero es mi vida.
-Entre esas cosas que dice haber dejado un poco de lado, ¿también puede citarse a su familia?
-No, eso no. En mi familia todos somos futboleros desde que nacimos, y compartimos tanto las satisfacciones como las cosas que no son lindas.
-¿La AFA es una integrante más de la familia?
-Lógicamente. Desde el año 1957 que no conozco otra cosa que ser presidente de Arsenal, Independiente y la AFA. Ocupar estos cargos ejecutivos me ha obligado a tomar determinaciones permanentemente. Hay que estar muy atento a lo tuyo y a lo que hacen los demás. Es una tarea muy linda, en la que hice un montón de cosas, que las veo con estos años que llevo encima. No voy a decir la vejez (risas). Creo que he dejado algo en el camino como para que la gente alguna vez pueda decir “Julio hizo esto o lo otro”.
-Mucha veces, como el caso de Macri, por ejemplo, surgen a partir del fútbol dirigentes de la política partidaria. Me imagino que le habrán ofrecido muchas veces...
-Sí, me ofrecieron. Pero nunca acepté, porque el fútbol era y es superior a todo. Por eso siempre dije que no. Desde los 25 años, cuando dejé de jugar al fútbol, tuve ofrecimientos.
-¿Siempre fue un no rotundo o alguna vez dudó?
-Nunca dudé. No nací para estar metido en el mundo de la política, dejando de lado la política deportiva, por supuesto.
-¿Con qué presidente de la Nación tuvo mejor relación?
-Con todos he tenido muy buena relación. Honestamente, con todos. Y no lo digo por quedar bien, regular o mal con alguno. He tenido la satisfacción y la suerte de que el fútbol se manejó aparte de toda actividad política. En AFA no se escucha ni se habla de política, religión o credos. No hay discusiones de ese tipo. En AFA se discute si fue gol, offside, penal; si tal o cual jugador fue suspendido mal o bien; si el árbitro cobró mal o bien; pero no hay otra actividad distinta. No hay.
-¿Qué cree que es lo mejor que le pasó al fútbol argentino desde la implementación del Fútbol para Todos?
-Fútbol para Todos ha sido, sin ninguna duda, para bien. Ni yo me había dado cuenta de la cantidad de personas que no veían el fútbol por no poder pagar. El tema es que cuando surge la historia de los cables y la televisión, hubo recursos imponderables para todos los clubes. El fútbol llegó a depender econonómicamente en un 70 u 80 por ciento de las transmisiones televisivas. Y, lógicamente, surgieron las discusiones acerca de que no pagaban lo que correspondía o lo que creíamos que valía. Y si eso no se pudo cambiar antes fue porque no teníamos a nadie atrás. Tengo que reconocer que la Presidenta de la Nación, al enterarse de cuál era el problema, dio un gran paso, que fue fundamental para salvar la actividad y que nadie quede en el camino. Si el Gobierno no intervenía, quizá sólo hubiesen podido jugar diez clubes, y hoy, en base a la decisión de la señora Presidenta, está jugando todo el país. Jamás me voy a olvidar de ese gesto, de ese aporte.
-Un informe presentado recientemente por dirigentes de la UCR habla de pérdidas millonarias por el Fútbol para Todos...
-Me parece que están actuando mal, y justamente con el fútbol. Conociendo quién soy yo, y me conocen bien, que nunca me he metido en política, algunos senadores han tomado ciertas resoluciones particulares, hasta de atrevimiento, en manifestar cosas que me parece lógico que se le puedan pedir al Gobierno por lo que hace o deja de hacer, pero eso de agregar “negocios de la AFA y Julio Grondona” para continuar con el Fútbol para Todos, eso me toca muchísimo. Y ya les he mandado una carta documento para que expliquen esa situación y se metan en lo de ellos y no en lo mío. Esto es una cosa muy delicada. Yo nunca dije nada de nadie. Una vez tuve un problema, hubo un montón de fiscalizaciones y después tuvieron que salir a decir que no tenía nada que ver. Lo que pasa es que ustedes, los periodistas, como siempre, a las noticias buenas les dan un espacio chiquito, pero cuando tienen que hablar de un allanamiento en la AFA lo ponen en tapa. Qué allanen todo lo que quieran. Yo sé lo que es; sé qué era el fútbol hace treinta años atrás y qué es hoy el fútbol, a nivel nacional y a nivel internacional. El día que estos muchachos (por los senadores de la UCR) encuentren dentro de la política a alguien que en la vida particular haya actuado como actué yo, los voy a ir a felicitar.
-¿Les va a costar encontrar alguien cómo usted?
-No sé si les va a costar. Sucede que no quedan muchas figuras de ese sector. Va para menos, no va para más. La verdad es que llega un momento en que estas cosas te molestan, yo nunca me he metido con nadie. Ahora vamos a ver qué es lo que pasa.
-¿Lo cansan las críticas?
-Criticar, no me critica nadie. Me critican por teléfono, pero mano a mano, nadie.
-¿Qué significa la palabra poder? ¿Y cuánto poder cree que tiene usted?
-Es un tema lindo de explicar. Yo creo que no tengo poder. Tengo un poder que me dan y que me pueden sacar en cualquier momento. La única virtud que uno puede tener, y de esa forma intentar que no le saquen el poder, es cumplir con los pensamientos de aquellos que te dieron el poder. Entonces, posiblemente puedas estar mucho tiempo al frente de un cargo, como es mi caso. El que piensa que por tener poder hace lo que quiere, se equivoca.
-Si usted no tiene poder… ¿quién tiene poder? A la Presidenta, por ejemplo, también le dan ese poder, ¿quiere decir que no tiene?
-La Presidenta está actuando con el poder que le dieron. Vos tenés poder si sos dueño de una fábrica importante en la que tenés tu propiedad, manejás tu dinero, pero cuando vos manejás cosas que son de los demás, a ese poder te lo pueden sacar en cualquier momento. Yo estoy muy preparado para cuando este aparatito negro (el teléfono), de un día para otro deje de sonar. Y no me voy a hacer mala sangre, es la lógica. Sonó durante treinta años, si mañana no suena, ya está. Ahora, si yo pienso que va a sonar toda la vida, soné.
-¿No tiene pensado desconectarlo?
-La vida se va a encargar de desconectarlo. Los que me dieron el poder lo van a desconectar. Los que no me dieron el poder, no, porque no tienen nada que ver. Igual espero darme cuenta solo, como para irme antes.
-Ese va a ser el motivo. ¿A usted no se le puede ocurrir decir “bueno, se terminó, me voy a vivir al campo”?
-También puede ser, ¿por qué no? Nunca se sabe. Puede haber factores humanos dentro de la familia que por ahí hacen que uno tenga que bajarse antes de lo previsto. Hay muchas cosas que pueden pasar cuando uno está llegando a los ochenta. Pero cuando llegás a los ochenta y tu cabeza tiene veinte, las cosas son distintas. Vos podés pensar muy lógicamente que estás hablando con un hombre de ochenta años, pero yo estoy pensando que tengo tu edad. Sentado te juego mano a mano a lo que quieras; parado, no.
-Se dijo en su momento que la Presidenta lo llamó para que le baje el pulgar a Maradona …
-En absoluto. Jamás Cristina me habló una sola palabra. No hablo con ella desde la fiesta del Bicentenario, cuando se hizo una cena en la Casa de Gobierno. Yo no molesto para nada, trato de pedir lo menos posible. No tengo necesidad de sacar ninguna ventaja. En la AFA, antes del ‘79 hubo veinte intervenciones. Y la conclusión que saco ahora es que a esas intervenciones las fueron
a buscar los propios dirigentes de AFA. El Gobierno no se mete, por el contrario, uno se mete buscando al Gobierno.
-¿Nunca tuvo que manifestarle a algún gobierno “no te metas que este es mi territorio”?
-Nunca. Seguramente porque no he dado motivos, o porque soy demasiado claro para explicar las cosas cuando me las preguntan.
-¿Qué le dice Scioli, se llega bien con el estadio Ciudad de La Plata para la Copa América?
-Sí, muy bien. La verdad que Scioli es también otro muchacho al que le agradezco mucho. Yo sé que para él, como Gobernador, es lindo que vayamos a La Plata con la Copa América. Pero no cualquiera hubiera arriesgado tanto como Scioli para brindarles satisfacciones a todos. Tiene tanta o más voluntad que yo. A Scioli no lo tomo como un político, ni como dirigente, para mí es un amigo. Lo conozco desde la época de deportista. Compartimos un montón de cosas. Seguramente haya factores que te lleven a tener este tipo de actividades, como le sucedió a él después del accidente. Posiblemente otro se haya tirado al río. Pero Scioli se dedicó a trabajar en política. Y lo hizo, y hace, maravillosamente, con una claridad inobjetable. Nadie puede decir nada de él.
-Una de sus frases predilectas, que tiene inscripta en el anillo, es “todo pasa”. ¿Qué es lo que ha pasado en este último tiempo?
-Todo pasa en la vida. Pero no es que todo pasa pensando que se trata de una orgía. Es una especie de filosofía de vida en donde hay que tener la tranquilidad necesaria de saber aguantar. Queda lo que uno quiere. Pero como te digo que todo pasa también te digo P, P y P: Paz, Paciencia y Pelotas. También hay que tener pelotas. Hay muchos que se piensan que todo pasa y nada más; no es así.
-¿El día que deje AFA, quién le gustaría que fuera su sucesor?
-Yo estoy en un cargo donde demostré ser abierto los treinta años. A todos los que se acercaron, jamás les escondí nada. Está todo ahí, a la vista. Hay que aprender y dedicarse. Lo más difícil para los dirigentes es sacarse la camiseta, pero en serio. Si no se sacan la camiseta, mueren a los dos meses. Yo, afortunadamente, me saqué dos: la de Arsenal y la de Independiente. Y me las saqué en serio, como debe ser.
-¿Cómo se maneja con el tema de la inseguridad? ¿Vive con miedo?
-El problema de la inseguridad no es sólo de Argentina, es mundial. Miedo no tengo. Allá por el ‘73 tuve un problema muy serio, cuando secuestraron a mi hijo Humberto. Lo tuvieron cautivo nueve o diez días. Por suerte se solucionó y lo pudimos recuperar. Después de ese día cambió mi forma de ser. Desde ese momento enfrento al mundo.
-¿Cuál fue el día más feliz de su vida?
-No hubo un día, hubo muchísimos. Contar con la suerte de tener a mi mamá 103 años, situación que compensó la ida de mi padre a los 58, eso me hizo muy feliz todos los días. Tener una familia excepcional, una mujer que hace 60 años que está a mi lado y con la que hemos vivido dentro del barrio, llevando una vida normal, eso también me hace muy feliz. Mi vida es muy especial.
-Jugando un poco con el lugar en el que estamos… ¿tiene nafta para rato?
-De vida, sí; ahora, qué va a ser de esa vida, Dios dirá.
Lea la nota completa en la edición de esta semana de La Tecla.