22 de octubre de 2015
PROVINCIA
El reparto de los coroneles de La Cámpora
Tres de los principales dirigentes de la agrupación kirchnerista tendrán roles clave en la provincia que viene. El escenario en el que se moverán José Ottavis, Santiago Carreras y Juan Manuel Pignocco, quien ha tenido un considerable ascenso en los últimos tiempos y ya es un dirigente con subalternos
El generalato de la agrupación creada por Máximo Kirchner lo ostentan Eduardo “Wado” De Pedro y Andrés “Cuervo” Larroque; el primero con una relación más aceitada con el sciolismo, mientras que el segundo sigue siendo un estandarte del sector más duro del ultrakirchnerismo y menos permeable a contaminaciones.
En la provincia de Buenos Aires, el principal coronel hasta ahora es el vicepresidente de la Cámara de Diputados José Ottavis, pero hay otros dos soldados con crecimiento propio que comienzan a terciar en el poder provincial; y sobre quienes recaerían responsabilidades mayores en el próximo período si la agrupación logra lo que el propio número de legisladores le permitiría pelear.
Es un hecho que tras las elecciones del domingo La Cámpora incrementará su participación en ambas Cámaras y ello la llevará a discutir los cargos de poder, pero detrás hay complejo entramado en el que podría avanzarse para compensar incluso entre las facciones internas de la agupación K.
Desde hace varios años, Ottavis es el dirigente camporista más influyente en el Parlamento provincial. Ha construido una sólida sociedad política con el titular de Diputados, Horacio González, y la misma podría extenderse en el próximo período, avalada no solamente por el bloque del Frente para la Victoria sino también por el resto de las corporaciones políticas. “La Cámara ha funcionado muy bien en los últimos años”, suelen elogiar miembros de otras bancadas.
Aunque se quede con un sillón en la estructura de mando de la Cámara de Diputados, La Cámpora también terciará por la jefatura del bloque que ahora tiene el Movimiento Evita a través de Fernando “Chino” Navarro. Ya este año hubo un roce fuerte entre algunos de los pibes, como Miguel Funes y Rocío Giaccone, con el titular de la bancada. Si la chispa no se transformó en incendio fue porque Ottavis y González terciaron y restablecieron la calma.
Pero ahora aparece la posibilidad de que Ottavis emigre al ejecutivo de Aníbal Fernández si éste gana las elecciones el domingo. Fernández ya dijo que contendrá en su gabinete a dirigentes camporistas, y el nombre que más suena es el del muchacho de San Isidro. Aunque la versión es desmentida en la Legislatura, la zanahoria que mostraría Aníbal no es para nada despreciable: un revitalizado ministerio de Gobierno o la estratégica cartera de Desarrollo Social.
Pero si se va Ottavis, el tema es cómo se acomodarían internamente los diputados camporistas sin un coronel que ordene una interna siempre presente y hasta ahora muy bien disimulada. Es allí donde aparece la hipótesis de Juan Manuel Pignocco trocando el rumbo que la urnas le darán el domingo.
Pignocco seguramente será elegido senador por la Sexta sección electoral. Pero además podría tener el derecho a ocupar una silla en Diputados a partir de que integró la lista de legisladores de esa sección en 2013, y se produciría una vacante que debiera ser ocupada por él. Obviamente no puede asumir en las dos bancas, pero podría pedir licencia en el Senado (donde tendrá mandato hasta 2019) y ejercer dos años en cargo de Diputado a expensas de la necesidades políticas del oficialismo y, sobre todo, de su espacio político.
La cosa es así: el diputado Alfonso Regueiro seguramente será elegido otra vez intendente de Presidente Perón. El primer suplente para ocupar el cargo por dos años es Pignocco, y si él llegara a desistir le sigue Nedda Elsa Abella (La Matanza), quien este año se pasó al Frente Renovador, lo que pone en una encrucijada a al oficialismo.
Pero además, con Pignocco en Diputados, Ottavis, en caso de emigrar al Ejecutivo, legaría el mando en un coronel de su propio batallón. Pero todo está dentro de una disyuntiva porque para Ottavis, y ya en pos de la interna camporista, Pignocco pasa a ser importante en la estructura del nuevo Senado.
En la Cámara alta ya se baraja la posibilidad de que el bloque del oficialismo quede en manos de Santiago Carreras, aliado de Ottavis pero cada vez con más vuelo propio, sobre todo luego de tener la lapicera en el armado de las listas seccionales antes de las PASO.
Todo esto frente a un peronismo que no desea resignar demasiados lugares en el esquema de poder legislativo donde también, se descuenta, terciará la voz del futuro gobernador.