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Argentina
12 de octubre de 2016
RUMBO AL 2017

Elecciones: Cambiemos, el peronismo y el Frente Renovador se preparan para la última batalla

Los tres espacios que fueron protagonistas en 2015 lo serán también en las legislativas venideras. Los dilemas de cada uno de los frentes, el juego de los aliados, los nombres en danza y la necesidad de no perder.

Elecciones: Cambiemos, el peronismo y el Frente Renovador se preparan para la última batalla
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Cada elección de medio término que se avecina es la más importante de todas, y los protagonistas la ven como la más trascendental de la historia. Pero la del año que viene aparece como clave para la continuidad de los tres espacios mayores y, sobre todo, para viejos partidos que los componen.

Los protagonistas serán los mismos que en 2015, aunque con variantes en las formaciones. El título de campeón lo tiene Cambiemos, e intentará defenderlo. Los retadores que asoman con chances son el peronismo y el Frente Renovador.

Vale recordar que la última vez que el partido ganador de las presidenciales se quedó con la legislativa siguiente en la provincia de Buenos Aires fue en 2005, de la mano de Cristina Fernández. En el 2009, el sello de la victoria lo puso Francisco de Narváez, que luego haría agua en 2011. Lo propio sucedió con Sergio Massa: triunfante en 2013 y tercero en 2015.

Las cartas están echadas y hasta empiezan a aparecer las primeras encuestas. Por supuesto, son pocas las que coinciden respecto de los ganadores. Y a partir de esos disímiles números, de los diferentes humores de la calle y de la mismísima grieta, la totalidad de los protagonistas se envalentona, se esperanza y se prepara para la gran batalla. Más que el triunfo, siempre reconfortante, lo que los desvela es la posibilidad de una derrota capaz de debilitarlos al punto de la desaparición.

CAMBIEMOS

En el partido gobernante, a pesar de que la economía, la seguridad y el humor social no están de la mejor manera, se tienen toda la fe del mundo. La propia María Eugenia Vidal, quien, sin duda, será la principal figurita de la campaña (pero no será candidata), le dijo a su gente, sin vueltas, que “el triunfo del año que viene sólo depende de nosotros mismos. Tenemos que estar en la calle, es la mejor forma para construir”.

La Gobernadora se pondrá al frente de los timbreos, las caminatas y lo que sea necesario. Sin embargo, hay dudas en torno a los nombres que encabezarán la boleta.

Hasta la semana pasada, el PRO presentaba como eventuales postulantes al intendente de Vicente López, Jorge Macri, y al ministro de Educación nacional, Esteban Bullrich. Pero hay que anotar uno nuevo: el doctor Facundo Manes.

“Tiene todas a favor: es conocido, serio y cuenta con el OK de Vidal y del radicalismo”, dijo a La Tecla un legislador provincial de Cambiemos, en referencia a la figura del asesor ad honórem a cargo de la Unidad de Desarrollo de Capital Humano de la Provincia. Por caso, algunos se animan a decir que la última reunión de Gabinete ampliado desarrollada en la Casa de Gobierno sirvió como “una especie de lanzamiento de Manes”.

Claro está, a pesar de la aparición del neurocirujano, Macri y Bullrich no niegan ni descartan sus precandidaturas y siguen caminando. Los que tampoco se achican son los radicales. El sector más crítico del centenario partido, el de Ricardo Alfonsín, insiste en llegar a 2017 con candidatos propios en todas las categorías. Por el momento no se habla de nombres, pero son varios los que se animan a mencionar al mismísimo diputado chascomunense.

“Cambiemos es un frente democrático, y es entendible que cada partido quiera instalar sus candidatos. La UCR, también. Los que quieren votar en Cambiemos decidirán qué espacio hay que fortalecer: si la UCR, el PRO o la Coalición Cívica”, aseguró varias veces el hijo del expresidente Raúl Alfonsín.

El radicalismo se mueve en una disyuntiva: Cambiemos le sirvió para revitalizarse, ganar intendencias y legisladores, pero a la sombra de ese relativo éxito el sello pierde cada vez pierde más protagonismo. La UCR hace muchos años que no compite como tal, y la tendencia parece irreversible. Es lo que pretende evitar Alfonsín.

¿Y “Lilita”? “Lilita” también juega. La socia de Mauricio Macri, Elisa Carrió, tiene intenciones de ir al frente de la nómina oficialista, aunque a veces diga que no y otras que aún debe decidirlo. De todos modos, no dependerá sólo de las ganas de la diputada por la Ciudad de Buenos Aires. “Si juega para Cambiemos y quiere, tendrá lugar; si patea en contra más de la cuenta, será más complicado”, opinó un ex legislador boina blanca.

Sumar, sumar y sumar; ése es uno de los objetivos del macrismo provincial. Y es la razón de los “tiritos” que suelen hacerle al peronismo que nada quiere saber con Cristina, a ese peronismo más dialoguista, a ese peronismo que el kirchnerismo ve como un aliado del Gobierno. “‘Venite con nosotros’, me dijo un importante ministro, pero cuando le contesté que no me joda, me salió con que era un chiste”, soltó un alcalde de la Sexta.

Hay de todo. También están los que dudan y los que, tarde o temprano, dirán que sí. Cambiemos tiene las puertas abiertas, los brazos abiertos, los ministerios abiertos. Son varios los integrantes del gabinete de Vidal que con el reporter en off resaltan que las elecciones legislativas “son de vida o muerte”, que una derrota en la Provincia desembocaría “derechito” en una caída en 2019. Eso sí, la opción “derrota” está al final de la fila. Sobra optimismo.

FRENTE RENOVADOR

Los massistas apuestan a la victoria, también destilan optimismo. A diferencia de Cambiemos y el peronismo, el espacio cuenta con una figura relevante, que viene de ser protagonista tanto en 2013 como en 2015: Sergio Massa. Otra vez el tigrense saca a relucir el factor misterio. Que sí, que no, que tal vez; el capitán del equipo prefiere estirar la definición sobre si va a ir o no al frente de la papeleta legislativa.

¿Será su esposa, Malena, la que lidere la lista de senadores? Ella misma se en-cargó de decir que no veía a Massa como candidato a ese cargo. “No veo a Sergio pensando una candidatura el año que viene, sí trabajando y apoyando para defender derechos, y con ganas de seguir peleando por el 2019 por la presidencia de la Nación”, señaló Galmarini hace un par de meses.

Pero las voces renovadoras no son unánimes. El ex diputado provincial Mauricio D’Alessandro, en el marco del Congreso provincial del Frente Renovador, indicó ante La Tecla que “creo que a Massa no le convence mucho (ser candidato), pero no
le va a quedar otra, me parece”. El hombre de Tandil aseguró, contundente: “Sergio es hoy una necesidad para Buenos Aires. No perdió nunca en Provincia y actualmente los votos se le caen arriba de la cabeza”.

Es importante resaltar que uno de los intríngulis en los que se encuentra Massa tiene que ver con la posibilidad de encabezar la nómina y volver a resultar tercero, situación que lo dejaría prácticamente herido de muerte de cara a 2019. “El que no arriesga, no gana”, lo empujan varios allegados, pero las dudas se suman al ya mencionado juego del misterio.

¿Por qué salir segundo no sería un problema? En Tigre analizan que en caso de que el triunfo fuera de Cambiemos y en segundo lugar quedara el FR, el derrotado peronismo no tendría otra alternativa que sumarse a las filas renovadoras y así juntos encarar las presidenciales. Claro, Massa sería nada más y nada menos que el nuevo líder del justicialismo. Obvio, es sólo una hipótesis.

Mientras tanto, Malena Galmarini recorre la Provincia (el interior y el Conurbano), se muestra y se pone al frente de trascendentales políticas coyunturales, tal como sucedió el mes pasado con la ley de Paridad de Género. ¿Le dará para ser candidata? ¿Tendrá el visto bueno de los aliados del massismo?

PERONISMO

Por último, el convulsionado, enredado y confundido peronismo. Las derrotas a nivel nacional y provincial calaron hondo y dejaron heridas que cuesta cerrar. Si bien todos pugnan por la unidad, son pocos los que se animan a trabajar en serio por ese objetivo.

Hasta ahora se puede decir que apenas se destacan los intendentes y dirigentes del interior, que vienen de juntarse en Cañuelas y hacer una significativa autocrítica.
No la tienen fácil, por supuesto. Sobre todo porque en el Conurbano, por el momento, pueden más los egos y el individualismo que la tan ansiada unidad. Por caso, los jefes comunales del Grupo Esmeralda, liderados por Martín Insaurralde (Lomas de Zamora), le dieron la espalda a la asamblea de la FAM que consagró presidenta a la matancera Verónica Magario, integrante del Grupo Fénix. Antes ya se habían cruzado por el Defensor del Pueblo bonaerense.

Si bien desde todas las facciones se resalta que esto de los grupos es algo pasajero y está más relacionado con la cercanía y la afinidad que con las diferencias, el tiempo pasa, las legislativas se aproximan y las coincidencias no llegan. De todos modos, alguna que otra coincidencia hay. Por caso, nadie quiere al camporismo, a los que se quedaron con el armado de las listas, a los “impresentables”.

“Hay dirigentes que tienen que entender que deben esconderse por un tiempo. Además de tener buenas ideas hay que tener buena praxis electoral. Tenemos que ir a ganar una elección, y no lo vamos a hacer con los impresentables, no vamos a ganar con los que hacen la marcha de la resistencia; la vamos a ganar si somos capaces de construir con la idea y con el pragmatismo una alternativa competitiva”, señaló el intendente de Colón, Ricardo Casi, en el encuentro de Cañuelas.

Tampoco son muchos los que quieren a la expresidenta Cristina Fernández. Sin embargo, todos saben que la viuda de Néstor Kirchner cuenta con un caudal de votos que puede ser fundamental a la hora del conteo. Dicho sea de paso, un par de encuestadoras la tienen primera en dupla con Daniel Scioli. Claro, hay otras que la tienen última y sin posibilidades de remontar.

Eso sí, más allá de los números, Cristina es todavía capaz de juntar miles de personas; ya sea en las puertas de Comodoro Py, en una universidad del Conurbano o en un acto en homenaje a Hipólito Yrigoyen. También es capaz de reunir a los alcaldes del Grupo Fénix y aconsejarles que, siendo casi imposible llegar a la unidad, lo ideal sería, al menos, respetar la homogeneidad de criterio peronista.

Sobran los nombres, faltan los conductores. Entre los que quieren ser, además de CFK, hay que anotar a Julián Domínguez, Daniel Scioli y varios otros. La contra es que vienen de la derrota, y eso, en el peronismo suele ser trascendental. La ventaja tiene que ver con que ya son conocidos y que no hace falta instalarlos. Dependerá de las bases si los toman o no como referentes. En esta nueva etapa, el poder llega desde abajo.

¿Y Randazzo? También figura en la grilla de candidatos para la Provincia, pero le queda poco tiempo para salir a la cancha. Hace rato que no se lo escucha, y la última noticia importante fue el abandono. Desde su entorno dicen que esta vez va a jugar, y que le encantaría medir fuerzas con Scioli, como no pudo hacerlo en 2015. La misma fuente lo acerca a Juan Manuel Urtubey y al Grupo Esmeralda.

Reuniones chiquitas, grupos y cónclaves secretos; así se acerca el peronismo bonaerense a las elecciones 2017. Salvo el interior, que sin pelos en la lengua salió a pedir por la unidad de los 55 intendentes peronistas; primero fortaleciendo el armado tierra adentro y después adhiriendo nombres, ideas y estrategias al poderoso justicialismo del Conurbano. La teoría, perfecta. La práctica, habría que verla.

El justicialismo también se encuentra en una encrucijada. Los aterra ser un espejo de lo que le pasó a la UCR, a la que ningunean como “desaparecida”.

Cambiemos, el Frente Renovador y el peronismo se preparan para la gran contienda electoral de término medio, la más importante de la historia. Los candidatos, las alianzas, la economía, la seguridad y los imponderables jugarán su papel allá por el mes de agosto del año que viene. Todos quieren y todos pueden. Todos se sienten ganadores. Pero la victoria será para uno solo.

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